Teherán
La UE trabajará por un acuerdo más ambicioso
Los Veintiocho se comprometen a proteger sus importantes inversiones en Irán.
Los Veintiocho se comprometen a proteger sus importantes inversiones en Irán.
- El 14 de julio de 2015, Irán y el P5+1 (los cinco países del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania) firmaron un acuerdo histórico tras décadas de conflicto. El deshielo había comenzado. El pacto no sólo trajo consigo un mundo más seguro, sino algo también esencial en las imbricadas relaciones internacionales: oportunidades de negocio. Paz y dinero. Teherán, a cambio de no seguir adelante con sus plan de enriquecimiento de uranio con fines militares, obtuvo el necesario plácet para poder exportar petróleo, accedió al sistema bancario mundial SWIFT y vio liberados 25.000 millones de euros en divisas extranjeras. Irán posee las segundas mayores reservas de gas del mundo y las cuartas de petróleo, pero sus infraestructuras están obsoletas y necesitan renovación.
El parqué de maquinarias, la construcción de vehículos, la industria de materiales de construcción y la gestión de aguas y residuos son otros terrenos susceptibles de mejora. Los países europeos podían echar una mano en este terreno y todo el mundo salía ganando. Ahora todas esas inversiones están en peligro.
«La UE está decidida a actuar según sus intereses en materia de seguridad y a proteger sus inversiones económicas», aseguró ayer la Alta Representante de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini, a la vez que mostraba el compromiso de los socios europeos en continuar a bordo del pacto. «Alemania y Reino Unido lamentan la decisión estadounidense. Está en juego el régimen internacional de lucha contra la proliferación nuclear», avisó el presidente francés, Emmanuel Macron, en un mensaje consensuado con las otras dos capitales. La cumbre esta próxima semana en Sofía servirá para calibrar la reacción de los socios europeos al anuncio de Trump y posibles mecanismos para garantizar las inversiones.
Francia y Alemania son los capitales europeas que han tomado la delantera en estos años de vigencia del acuerdo. En julio del año pasado, la petrolera francesa Total firmó un contrato para poner en marcha el mayor yacimiento de gas del mundo en Irán y Qatar. A pesar de que en julio Trump ya había llegado a la Casa Blanca, la petrolera regresó al país después de haber estado ausente durante la época de sanciones, lo que fue interpretado como el pistoletazo de salida para que otras empresas energéticas siguieran el mismo camino.
El consorcio formado por Total y la Compañía Nacional de Petróleo de China (CNPC) se comprometió con la Compañía Nacional de Petróleo de Irán (NIOC por sus siglas en inglés) a desarrollar la fase 11 del campo de gas Pars Sur, durante un periodo de 20 años. Los expertos calcularon en esos momentos el montante del acuerdo en 4.200 millones de euros. Los analistas políticos señalaron un valor más intangible: un arma diplomática para apuntalar Gobierno de Rohani tras el desembarco de Trump en el Despacho Oval. Renault también firmó un acuerdo con socios locales para construir 150.000 vehículos.
Alemania también ha intentado estrechar sus lazos económicos con Irán, algo lógico para un país que hace de su poderío exportador una seña identitaria. Siemens puso el ojo en la renovación de ferrocarriles, Mercedes ha colocado sus camiones Daimler en el país y la compañía aeroespacial europea Airbus (francesa y alemana) se ha beneficiado de encargos por valor de 17.500 millones de euros.
Los resultados de España han sido más modestos, pero ahora quedan también en el aire. La empresa Tubacex ha firmado un contrato de 550 millones de euros para la fabricación de tubos de acero de transporte de gas. Telepizza ha abierto uno de sus restaurantes en la capital y la cadena Melía Hoteles había comenzado su desembarco en el país persa con la apertura del primer hotel de cinco estrellas de una compañía extranjera.
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