Israel

La violencia no da tregua en Israel

Una de las protestas de los palestinos, ayer, contra el Ejército israelí, cerca de Ramala, en Cisjordania
Una de las protestas de los palestinos, ayer, contra el Ejército israelí, cerca de Ramala, en Cisjordanialarazon

La oleada de apuñalamientos mantiene su intensidad en Navidad. A esta violencia se une ahora el temor a un atentado del Estado Islámico, lo que ha obligado a Israel y la ANP a reforzar la seguridad.

La llegada de la Navidad y el sentimiento de fiesta que albergan los hogares cristianos en los días sagrados contrastan este año con especial fuerza en Oriente Medio con la creciente cantidad de ataques cometidos por yihadistas contra las minorías cristianas y sus iglesias en distintos países de la región. En Israel, el servicio secreto Shabak y el Ejército desarticularon un comando del movimiento islamista Hamás en la parte este de Jerusalén, que planeaba realizar ataques suicidas dentro de Israel.Los organismos de seguridad israelíes «han desvelado y capturado un amplio círculo (de militantes) en la zona de Abu Dis ( Jerusalén este) que operaba bajo la dirección y el mando de Hamás en la franja de Gaza y planeaba llevar a cabo ataques suicidas en Israel», señalaron en un comunicado.

En los últimos meses, casi a diario se han cometido ataques por parte de los palestinos. Hasta el domingo, esta nueva oleada de atentados provocó –según fuentes israelíes oficiales– 94 acuchillamientos, 34 atentados con armas de fuego y 19 casos de embestidas con automóviles. Pero el miércoles se agregó a la lista un atentado en la ciudad vieja de Jerusalén, en el que murieron dos israelíes, y ayer dos palestinos murieron por disparos de soldados israelíes en sucesos en la franja de Gaza y Cisjordania. El primero ocurrió en el curso de una protesta contra el Ejército israelí y el segundo en un intento de atropello de varios militares por parte de una palestina.

En gran parte de los casos, los atacantes palestinos fueron abatidos por civiles o efectivos armados israelíes. Ineludiblemente, el ambiente navideño se ve afectado al menos parcialmente por estos hechos, pero mientras Israel trata de transmitir que los cristianos pueden celebrar como siempre, del lado palestino dan a entender que no puede haber grandes festejos con el ambiente actual.

Las autoridades israelíes realizan un esfuerzo especial por destacar que el flujo de peregrinos y turistas continúa a pesar de los hechos recientes. Procuran dar facilidades a los peregrinos por dondequiera que deseen circular. En el barrio cristiano de la ciudad vieja de Jerusalén y en diversas localidades hay comunidades cristianas e iglesias, luces y adornos navideños, los cuales destacan también en partes de Galilea y la ciudad de Haifa.

Los cristianos son una muy pequeña parte de la ciudadanía israelí, aproximadamente 150.000 en una población de más de ocho millones de personas. Una situación singular es la que viven los palestinos cristianos en los territorios de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). No hay ninguna política de discriminación en su contra, son parte del Gobierno general y municipal. En Belén hay incluso una alcaldesa, Vera Baboun, que es cristiana. «A la entrada de las iglesias siempre se juntan algunos jóvenes musulmanes que tratan de crear problemas y arruirnarnos las fiestas», indica el señor Khader en la localidad de Bet Sahur, junto a Belén. Maryam Qassis, la esposa de su nieto, una palestina de 23 años, agrega: «En estos tiempos trato de no salir. No sólo apago la televisión para no ver todo lo que está ocurriendo, sino que procuro no salir a lugares donde hay mucha gente reunida. Temo que me pase lo mismo que ocurrió hace poco en París y que alguien quiera hacernos a nosotros lo mismo que hace el Estado Islámico por otras partes de la región».