Las elecciones taiwanesas provocan un terremoto en el partido gobernante

A pesar de las derrotas sufridas en las elecciones locales de 2014 y en las presidenciales y legislativas de 2016, el partido de la oposición taiwanesa, el Kuomintang (KMT), protagonizó ayer una aplastante victoria contra los oficialistas del independependiente Partido Demócrata Progresista (PDP). Algo que sin duda anuncia futuras mejoras en las relaciones del país con su vecina al otro lado el mar, China.

Tras los resultados llegaron las dimisiones de los derrotados. El primer ministro Lai Ching Te, anunciaba su renuncia al cargo a través de su cuenta en la red social Facebook, aunque esta no ha sido aun aceptada dado que la presidenta Tsai Ing Wen, con el fin de coresponsabilizarse de lo ocurrido, dimitió de su cargo como jefa del PDP, antes de que él la presentara.

El partido de la oposición, el KMT, que promulga el carácter chino de la isla, ganó en tres de las seis ciudades más importantes del país (Nueva Taipei, Kaohsiung y Taichung) y en la capital, según datos preliminares de la Comisión Central Electoral, le pisa los talones a su rival, el independiente Ko Wen Je.

El Kuomintang ganó además notoriamente en doce de las ciudades y distritos, lo que ha sido bautizado como la gran “ola azul”, en alusión al color de la bandera taiwanesa. Una nueva generación política alejada del molde tradicional ha llegado para quedarse, una generación que sin duda apostará en mayor medida por unos lazos más estrechos con la potencia mundial China, algo que podría suponer, a nivel político y económico, un desarrollo para el país si su vecina adopta a partir de ahora una posición más flexible con la isla.

El actual gobernante e independentista Partido Demócrata Progresista (PDP) que antes controlaba veintidós de las ciudades y condados, y cuatro de los grandes municipios especiales, se queda ahora con solo cuatro ciudades y condados y dos municipios especiales, (Taoyuan y Taizán, los menos importantes).