Internacional
López Obrador, un presidente que no quiere decidir
deja en manos del pueblo todo tipo de medidas que se deciden vía referéndum
Todavía no ha asumido el poder de forma oficial, pero el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, líder del partido Morena, ya ha organizado dos consultas ciudadanas para decidir el futuro de proyectos esenciales para México. Así se fraguó hace un mes la cancelación del nuevo aeropuerto de la capital, proyecto estrella del todavía presidente Enrique Peña Nieto.
El pasado fin de semana los mexicanos también fueron convocados a las urnas para dar el visto bueno o rechazar varias medidas sobre infraestructuras y programas sociales. Es el estilo López Obrador, muy criticado por la falta de rigor de las consultas y por la apariencia de que no quiere tomar decisiones a solo una semana de su nombramiento oficial como presidente de México.
Esta última consulta preguntaba sobre la pertinencia de diez proyectos de diversa naturaleza:todo el pensamiento político de Obrador condensado en una papeleta. El más importante de esas iniciativas es la obra del Tren Maya, que conectaría los estados del sureste del país y que ha sido diseñado como un proyecto para revitalizar las zonas más pobres de México. También se pronunciaron sobre otras construcciones como una línea ferroviaria interoceánica y una refinería petrolífera para la empresa estatal Pemex. Incluye además la propuesta de plantar árboles frutales y maderables y una batería de medidas sociales sobre pensiones, becas, atención médica y acceso a internet.
AMLO, como se le conoce popularmente en México, ha explicado que este tipo de consultas «fortalece el hábito democrático» porque la democracia «no se agota en las elecciones».
El presidente electo depositó su voto en la mañana del sábado en la Ciudad de México y animó a los ciudadanos a participar en una de las 1.002 mesas instaladas en todo el país que están a cargo de la fundación Arturo Rosenblueht. Es la misma organización que custodió la consulta que el pasado mes de octubre rechazó el que iba a ser el aeropuerto más grande de América Latina, un proyecto de 13.000 millones de euros y en el que estaban implicadas empresas españolas. La consulta fue muy criticada por los fallos que permitieron votar varias veces a una misma persona.
LA RAZÓN visitó ayer uno de los centros de votación en la colonia Escandón de la Ciudad de México y, al cierre de la primera jornada, solo había votado un centenar de personas, seis veces menos que en la consulta anterior, según la representante de la mesa, Guillermina García. La voluntaria defiende las garantías del proceso y muestra «in situ» la validez del método. La persona se identifica con su credencial de elector, sus datos se suben inmediatamente a internet a través de una aplicación y en ese momento ya no puede votar de nuevo, según comprobó este diario. Sin embargo, medios locales como «Reforma» y «Milenio» denunciaron que sus reporteros pudieron votar en varias ocasiones debido a fallos en la aplicación. Pablo del Valle acaba de meter su boleta en la urna y se siente feliz de que se consulte a la gente. «Es una forma de participar muy vanguardista, antes no se tomaban decisiones de esta manera». No piensa lo mismo Ricardo de Morales a pesar de que también ha votado: «Yo espero que no se vuelva una epidemia, que para todo haya consultas».
Lo cierto es que ya hay fecha para la próxima. El 21 de marzo se decidirá sobre la creación de la Guardia Nacional, si se abren investigaciones para procesar a los ex presidentes de México, y si se da el visto bueno a que tenga un grupo de asesores conformado por empresarios, algunos de ellos muy criticados por AMLO durante la campaña. A pesar de las dudas, el estilo Obrador sigue adelante.
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