Los cinco puntos del acuerdo negociado en La Habana

Tierras para los campesinos

Se creará un fondo de tierras para entregar suelo cultivable a los campesinos con pocos recursos, para los que habrá subsidios y créditos especiales para trabajar el campo. Serán tierras fuera del mercado, nadie podrá comprarlas ni venderlas. Además, el Gobierno invertirá en sanidad, educación y vivienda en las zonas rurales remotas del país y fomentará las asociaciones y cooperativas de campesinos.

Participación política de las FARC

En los años 80, fueron asesinados 4.000 militantes de la Unión Patriótica, el partido político creado por las FARC. Con el acuerdo actual, se favorece la inclusión política de los nuevos partidos que surjan de la guerrilla, a los que se brindará seguridad. También se crearán circunscripciones transitorias especiales de paz en las zonas golpeadas por la guerra, con representación en el Congreso.

La guerrilla deja el narcotráfico

Creación de un programa para sustituir los cultivos ilícitos de forma voluntaria y después, forzosa. Las FARC se comprometen a poner fin a su relación con el narcotráfico, dejando la producción y comercialización, y a informar de las rutas del narco y del lavado de dinero. La guerrilla también pactó ayudar en la elimininación de minas bomba en los alrededores de las zonas de los cultivos ilícítos.

Sin cárcel para los crímenes de sangre

Se plantea una justicia transitoria de paz para juzgar a los criminales en circunstancias favorables. Sólo irán a la cárcel los que no reconozcan sus delitos. Para los autores de crímenes de lesa humanidad que sí asumen su responsabilidad habrá una privación de libertad de siete años como máximo en zonas rurales especiales. También se crea una unidad para buscar a los desaparecidos.

Cómo desmovilizar a la guerrilla

Gobierno y FARC acuerdan que la guerrilla abandonará las armas 180 días después de la firma del acuerdo de paz . Se crearán zonas de concentración de los guerrilleros donde dejarán las armas a medida que se cumpla lo pactado. No se conoce dónde estarán estas zonas ni quién las vigilará. Tampoco se sabe si entregarán las armas o las destruirán.