Venezuela
Los drones: La nueva arma que esquiva los controles
Las aeronaves se han convertido en uno de los mayores retos para las Fuerzas de Seguridad
Las aeronaves se han convertido en uno de los mayores retos para las Fuerzas de Seguridad.
El incidente protagonizado por el presidente Nicolás Maduro y al menos dos drones el sábado, es apenas el comienzo de una nueva estrategia de ataques que difícilmente puedan evitarse. Hasta que se sepa de verdad qué ocurrió, todos son especulaciones. Pero sí hay algo inequívoco: habrá más ataques de este estilo, sea en Venezuela o en cualquier lugar del mundo.
En 2011 los rebeldes libios se gastaron unos 80.000 euros en drones para combatir las tropas leales a Gadafi. El Estado Islámico ha utilizado cuadricópteros para lanzar granadas y en Siria y Ucrania se han visto tácticas similares. Así, lo de Venezuela, no debería sorprender a nadie.
A través de su cuenta de Twitter, Soldados de Franela (opositores del Gobierno de Maduro) han publicado un comunicado haciéndose responsables del ataque: «La operación era sobrevolar dos drones cargados con C4. El objetivo, el palco presidencial, francotiradores de la guardia de honor derribaron los drones antes de llegar al objetivo. Demostramos que son vulnerables, no se logró, pero es cuestión de tiempo», aseguran.
¿Es tan sencillo llevar a cabo una maniobra de este calibre? Vamos por partes. De acuerdo con un estudio realizado por el profesor de la Universidad de Pensilvania, Ted Krauthammer, un kilo de C4 es suficiente para provocar lesiones mortales en un radio de 4 metros de la explosión y provoca un daño importante en estructuras de metal y cemento. A diez metros de distancia, las lesiones se «limitan» a huesos rotos y sangrado nasal debido a la onda expansiva. Así, dos kilos de C4, uno por cada drone, serían suficiente para causar numerosas bajas. El precio del C4, según señala Krauthammer, es de unos 50 euros por kilo, que se presentan en dos bloques de 3 x 8 x 31 cm. Respecto a los drones, no cualquiera de estos vehículos está preparado para llevar y liberar una carga de un kilo o más...mientras es operado a una distancia segura.
El DJI Matrice 100 es uno de ellos. Puede ser controlado a una distancia de 5 kilómetros de distancia, tiene una autonomía de vuelo de 40 minutos y su capacidad de carga es de 3,6 kilos. Está disponible en Amazon por «apenas» 3.800 euros. Una opción más económica es el Yuneec Tornado H920. Por 2.500 euros, este drone tiene una autonomía al menor: 24 minutos, pero también se puede controlar a 5 km, aunque su capacidad de carga es menor: 1,6 kilos. A ambos se les puede agregar una cámara, vuelan a una velocidad de entre 40 y 50 km/h y cuentan con sistema de posicionamiento por GPS.
Llegamos entonces al último requisito: el control del drone. Cinco kilómetros es una distancia segura para situarse a una altura privilegiada y poder controlar el entorno. Pero hay que saber maniobrar en una zona urbana, sorteando cables, torres y francotiradores, entre otros obstáculos. Dos años atrás, el británico Luke Bannister se alzó con el trofeo de campeón mundial de drones, en Dubai. En ese momento Bannister tenía apenas 15 años. La empresa Microdrones, especializada en cursos de pilotaje de vehículos no tripulados, señala que bastan cinco días para controlar uno de estos vehículos. Y los cursos, al menos en España, comienzan a partir de los 600 euros.
¿Hay alguna forma de evitarlos? Excepto que se cuente con francotiradores, un inhibidor de frecuencia (que puede afectar también a las comunicaciones de las Fuerzas de Seguridad), la defensa es muy compleja. Conclusión: no se requiere mucho dinero, ni tampoco una inversión cuantiosa en tiempo para llevar a cabo un ataque con drones. Y es muy difícil evitarlos.
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