Túnez
Los grandes olvidados de la revolución
Son los grandes olvidados de Túnez. La sociedad y los políticos tunecinos quieren cerrar la herida y pasar rápido a la página de la democracia. Sin embargo, para llegar hasta las primeras elecciones presidenciales libres de su historia, celebrada su segunda vuelta ayer, lo cierto es que hubo jóvenes que murieron por manifestarse, asesinados por las Fuerzas de Seguridad de Ben Ali. Son relativamente pocos comparados con los mártires de otras Primaveras Árabes, pero muchos para la tranquila Túnez, de menos de 11 millones de habitantes. Por ello, los familiares de las 270 víctimas no entienden que los hayan dejado de lado.
Hamouda Zantouti perdió a su hijo Slim el 14 de enero de 2011, durante las masivas protestas que derrocaron a Ben Ali. Tenía 28 años y estaba buscando trabajo como economista. Un francotirador le arrebató la vida de un disparo en el corazón. Tres años y once meses después no se ha condenado a su asesino, ni siquiera se ha dado con él. «Es muy triste que las autoridades se crean que lo que queremos los familiares es una indemnización económica: queremos justicia», señala Hamouda a LA RAZÓN. Si bien es cierto que muchas familias son de origen humilde y que se han sentido compensadas con el equivalente a 10.000 euros y la promesa de que tras la segunda vista recibirán otros 30.000, hay parientes que seguirán luchando por ver a los asesinos en la cárcel. A Hamouda, el 12 de abril le dieron un veredicto insuficiente. No se cree que dentro de las Fuerzas de Seguridad, no supieran quién estaba apostado en el edificio aquel día. Tienen la bala y hasta saben la hora exacta. Hamouda cuenta que de los familiares de los 43 mártires con los que él suele ir a los tribunales incluso hay tres que saben perfectamente quién es el francotirador que mató a sus hijos. «Las autoridades quieren cerrar el caso cuanto antes. Es desesperante». Hamouda se indignó cuando este año, el director de Seguridad presidencial de Ben Ali, Seriat Ali, quedó en libertad. «Él es uno de los máximos responsables, que dio la orden de disparar contra los tunecinos y ahora es inocente». Hamouda siente que si Ben Ali estuviera en Túnez, también habría logrado librarse de la cárcel. Por eso tiene esperanzas en el nuevo Gobierno.
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