Elecciones en Italia

Lucha populista por el poder en Italia

El triunfo del Movimiento 5 Estrellas y la xenófoba Liga Norte conduce al país transalpino a la parálisis política. Salvini supera por primera vez en votos al partido de Berlusconi y Renzi dimite tras la debacle electoral de la izquierda italiana.

El ex primer ministro Matteo Renzi presentó ayer su dimisión como secretario general del Partido Democrático tras la debacle electoral de la izquierda italiana
El ex primer ministro Matteo Renzi presentó ayer su dimisión como secretario general del Partido Democrático tras la debacle electoral de la izquierda italianalarazon

El triunfo del Movimiento 5 Estrellas y la xenófoba Liga Norte conduce al país transalpino a la parálisis política. Salvini supera por primera vez en votos al partido de Berlusconi y Renzi dimite tras la debacle electoral de la izquierda italiana.

El euroescepticismo y el discurso populista golpearon al bipartidismo en las elecciones italianas del domingo. El Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga de Norte se impusieron a un Matteo Renzi que deja la dirección del Partido Democrático (PD) y a la derecha tradicional de Forza Italia. Los italianos despertaron ayer con la conocida sensación de ingobernabilidad, pero con algo claro, la antipolítica esta vez puede llegar a alcanzar el poder en el país transalpino. Tanto el M5E de Di Maio como la Liga Norte de Matteo Salvini han sido los claros vencedores de estos comicios. Sin embargo, ninguno cuenta con la mayoría para poder gobernar.

La participación electoral rondó el 73%, dos puntos por debajo que en 2013. La situación en el país no es sencilla, ya que el panorama político que han dejado las urnas dificulta la gobernabilidad y pone en evidencia el calado de los discursos populistas alimentado por el descontento de la población italiana.

Los ganadores absolutos, que no por ello podrán gobernar, han sido los «grillini». El partido de Luigi di Maio sumó en torno al 32,5%, convirtiéndose así en el partido más votado. En segundo lugar quedó el PD, con un 18,9%. Un dato que supone una auténtica debacle para la izquierda, que logró un 20% menos que en las europeas de 2014 y que ha llevado a Renzi a dimitir como secretario general. La Liga Norte quedó, contra todo pronóstico, en tercera posición con un 17,4%, superando a su socio de coalición, Forza Italia (FI), que tuvo que conformarse con un 14%.

Los partidos tradiciones se han visto arrollados por los populismos, de izquierdas y de derechas, pero sin obtener mayorías y con una ley electoral que complica la situación. Sólo queda la posibilidad de barajar coaliciones que sean capaces de proporcionar un Gobierno estable a Italia. Pero las cuentas no salen y ninguna coalición previsible hasta ahora consigue llegar a la mayoría.

Mientras, como coalición electoral, el centro derecha (formado por Forza Italia, la Liga de Norte y Hermanos de Italia) fue el gran vencedor, con un 37,25% de los votos. Sin embargo y para desgracia de Silvio Berlusconi, quien se veía ganador tras designar a Antonio Tajani como su aspirante a primer ministro, el panorama de la formación es bien diferente y ahora el ex «Cavaliere» no está en posición de exigir. Nadie contaba con el «sorpasso» de la Liga a FI, por lo que ahora, en el caso de conseguir los apoyos suficientes para formar gobierno, el magnate se tendrá que tragar el sapo y aceptar que Salvini sea el presidente del Gobierno. Pero, ¿dónde acudirán a buscar los apoyos que les faltan? Muy probablemente, ahora comenzará una carrera a la desesperada, y algunos medios italianos señalan que los expulsados del M5E serán los elegidos para conseguir esa mayoría.

Salvini no pudo disimular su satisfacción. «En el centro derecha todos están contentos, hay una coalición que puede gobernar», aseguró. «Soy y seré orgullosamente populista porque quien escucha al pueblo hace su trabajo. El voto lo ha demostrado», declaraba el líder liguista ayer en una rueda de prensa donde zanjó con un rotundo «no» la posibilidad de formar Gobierno con el M5E, con el que sí alcanzaría la mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado. La coalición de izquierda, formada por un vapuleado PD que se encuentra bajo mínimos y la formación Más Europa de Emma Bonino, se hunde hasta un 22,8%, por lo que gobernar solos sería imposible. Ante los malos resultados obtenidos, Renzi declaró que el Partido Democrático se quedará en la oposición, tal y como han querido los italianos, y que no favorecerá ninguna coalición. «No hemos sabido frenar los populismos. Nos diferencia de ellos el lenguaje del odio, el anti europeísmo».

El Movimiento Cinco Estrellas, que siempre ha defendido no sucumbir a una posible coalición, puede tener la llave de la gobernabilidad y se muestra más participativo que nunca. Sabe que, de no buscar apoyos, el voto protesta de los italianos no habrá servido para nada, ya que en solitario no llegará a formar Gobierno. Uno de sus líderes, Alessandro di Battista, aseguró que «los partidos tendrán que venir a hablar con nosotros. Es la mejor garantía de transparencia para los italianos». Ahora sólo toca esperar si es la izquierda atomizada en pequeños partidos la que acepta una posible coalición para ofrecer estabilidad a Italia. Como indicaban los sondeos, la derecha fue la triunfadora en el norte y en el centro del país. El sur ha continuado siendo el feudo de la formación «grillina» y el apoyo del PD se ha reducido a la zona tradicionalmente de izquierdas, Bolonia y algunas áreas de Emilia Romagna.

El éxito de los populistas y el voto en contra de los partidos anti establishment no es un caso aislado en Europa, de ahí que Italia fuera el centro de todas las miradas internacionales en las últimas semanas. Sin un calendario preciso en la Constitución italiana para formar Gobierno, el 23 de marzo tendrá lugar la primera sesión de ambas cámaras legislativas para elegir a los presidentes de la Cámara de Diputados y el Senado. Posteriormente, el presidente de la República, Sergio Mattarella, inciará los contactos con los líderes de los partidos para constatar si hay una mayoría para formar Gobierno.