Bruselas
May alerta sobre un «territorio inexplorado» si fracasa su acuerdo
La «premier» agita el fantasma de las catastróficas consecuencias para la economía británica.
La «premier» agita el fantasma de las catastróficas consecuencias para la economía británica.
Tras el periplo vacacional, Theresa May se lanzó ayer a un nuevo capítulo, previsiblemente el último, en la difícil misión de «vender» ante la opinión pública británica su acuerdo con Bruselas para el Brexit. En una entrevista a la cadena BBC jugó la que será su gran baza final: el miedo a una salida sin pacto y las consecuencias previsiblemente catastróficas para la economía británica. «Si el acuerdo no se aprueba en esta votación que está por venir, entonces realmente estaremos en territorio inexplorado. No creo que nadie pueda decir exactamente qué sucederá en términos de la reacción que veremos en el Parlamento», dijo. La «premier» también se refirió a la posibilidad de celebrar un segundo referéndum para, una vez más, desestimarla por falta de tiempo: «En la práctica, en realidad no se puede realizar un referéndum antes del 29 de marzo», explicó. No obstante, si que dejó la puerta abierta a la ampliar del periodo de negociaciones cuando habló de la posibilidad de «extender el Art. 50»
Como no podía ser de otra manera los líderes más euroescépticos de su propio partido no tardaron en cargar contra ella. «No puedo creer que el Gobierno haya sido tan estúpido», dijo Duncan Smith al «Mail on Sunday». Las andanadas de críticas también llegaron desde los norirlandeses del DUP, el partido del que depende la frágil mayoría conservadora en Westminster. Según el número dos de la formación, Nigel Dodds, el Gobierno debe mantenerse «firme» contra el «mal pacto» que ha concedido Bruselas y contra el «venenoso» plan de contingencia («backstop») en la frontera con Irlanda que hace que, en su opinión, votar a favor del Acuerdo de Retira sea algo «tóxico».
Por si fuera poco ayer se hizo pública una encuesta elaborada por la firma «YouGob» en base a 25.000 entrevistas que aseguraba que sólo el 22% de los británicos respalda el acuerdo de la salida del Reino Unido de May. Pese a todo, el Partido Conservador de Theresa May es el primero en intención de voto, con un 40 %, mientras que el Partido Laborista recibe el apoyo del 34 % de los electores y el Partido Liberal Demócrata es tercero con el 10 %, según esta encuesta.
El 53% de los encuestados cree que debe convocarse un segundo referéndum sobre el Brexit, en el que ganaría la opción de seguir en la UE con el 63% de los votos si se diera a elegir a los ciudadanos entre el acuerdo de May o permanecer en el bloque comunitario, informa Efe. Si la elección fuera en cambio entre un Brexit no negociado o bien seguir en la UE, el 58% optaría por la permanencia y el 42% por la salida.
Sea como fuere, la «premier» se resiste a tirar la toalla y ve aún posible conseguir algún tipo de aclaración sobre el «backstop». La salvaguarda para evitar frontera dura en Irlanda –que deja al país en la unión aduanera y a Irlanda del Norte alineada con el mercado único, para bienes, hasta que se cierre un pacto comercial con el bloque– es el punto más polémico. Se antoja complicado que en el último momento vaya a haber algún cambio legalmente vinculante, por lo que, todo apunta que la Cámara de los Comunes acabará tumbando el pacto.
Éste es uno de los grandes temores de los diputados eurófilos. El tory rebelde pro UE, Dominic Grieve, que fue Fiscal General del Estado, logró sacar adelante una enmienda para que, en caso de que el Acuerdo de Salida fuera rechazado en Westminster, los diputados tuvieran peso a la hora de decir los pasos a seguir. Pero si May canceló la primera votación prevista, para evitar lo que habría sido una humillante derrota, puede hacerlo ahora por segunda vez. Y sin votación no se puede aplicar enmienda, por lo que el Reino Unido podría encaminarse a una salida abrupta. La única mayoría que existe ahora en la Cámara Baja es para rechazar un divorcio sin pacto. Pero no está muy claro los mecanismos que podrían utilizarse en caso de que el documento no se presente a sus señorías para su ratificación.
El portavoz laborista del Brexit, Keir Starmer, ha asegurado que un escenario de un divorcio no acordado «no es creíble ni viable». Y en este sentido, señala que incluso si el Gobierno «se plantea seguir adelante sin un pacto», «el Parlamento se interpondrá en su camino». «La abrumadora mayoría de miembros de esta Cámara no toleraría un Brexit sin acuerdo», aseveró el portavoz laborista, que no escatimó en críticas a la gestión de May de la situación política.
«Tenemos una primera ministra que no puede someter su acuerdo a votación, no hay perspectivas de una nueva renegociación (con la Unión Europea) y en lugar de ir al Parlamento para romper el punto muerto aplica una política que no apoya nadie», afirmó.
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