Elecciones en Alemania
Merkel propone a Schäuble para domar a los ultras en el Bundestag
Allana así un acuerdo de coalición con los liberales, que exigen la cartera de Finanzas
Allana así un acuerdo de coalición con los liberales, que exigen la cartera de Finanzas.
La necesidad de formar Gobierno cuanto antes y la entrada de los populistas en el Bundestag han roto el tradicional protocolo parlamentario germano tras la celebración de las elecciones. Incluso el proceder de Angela Merkel, tan dada a la reflexión y el pragmatismo, se ha visto abocado a tirar con urgencia de ciertos hilos que podrían poner en peligro su proyecto político o incluso llegar a perder una de las piezas fundamentales de sus anteriores gobiernos. Wolfgang Schäuble, el todavía ministro de Finanzas y hombre de confianza de la canciller, podría abandonar esta cartera para pasar a ocupar la presidencia del Parlamento alemán en la próxima legislatura, según informó ayer la Prensa.
La posibilidad toma más fuerza después de que se hayan mantenido los primeros contactos y una vez que algunos miembros de la Unión Cristianodemócrata (CDU) dieran su visto bueno al movimiento estratégico. «Teniendo en cuenta la nueva situación en el Parlamento, Wolfgang Schäuble sería en todos los aspectos la autoridad parlamentaria que ahora mismo necesita el Bundestag», aseguró ayer el miembro de la comisión parlamentaria de Interior de la CDU, Armin Schuster. Unas palabras que esconden una doble intencionalidad. Por un lado, y aunque la líder se desprendiera de un reputado político en su próximo Gabinete, el Parlamento alemán ganaría una de las personas que mejor podría gestionar la entrada y más que evidente agresiva posición que los diputados de Alternativa para Alemania (AfD) adoptarán esta legislatura.
«Si él y Merkel estuvieran de acuerdo, sería el hombre perfecto para presidir el Bundestag», aseguró el comisario europeo de Presupuesto y amigo cercano del todavía ministro, Günther Oettinger. En su dilatada carrera, Schäuble atesora un sinfín de contiendas, tanto fuera como dentro de Alemania, de las que ha salido victorioso con el uso de un talante directo pero conciliador. Si supo imponer sus exigencias presupuestarias a media Europa, muchos opinan que no será menos ante la presencia de los xenófobos en el Bundestag.
Una probabilidad que, sin embargo, esconde una segunda lectura que alude a la capacidad real del político de afrontar una nueva legislatura. Con 75 años recién cumplidos, los rumores sobre su posible retiro no han dejado de repetirse en los últimos meses y, aunque Schäuble no ha dado muestras de querer jubilarse, su posición en el Parlamento le evitaría la vorágine que conlleva ser el titular de Finanzas sin alejarse demasiado de la canciller. No obstante, la necesidad de empezar con buen pie las negociaciones para formar coalición y, sobre todo, de satisfacer a la por ahora única opción de alianza –un tripartito entre la CDU/CSU, los liberales del FDP y Los Verdes– habría obligado a la dirigente a aceptar una de las exigencias que demanda la formación liberal.
Ya antes de las elecciones, el dirigente Alexander Hahn aseguró que «no firmarán ninguna coalición de Gobierno en la que no les sea adjudicada la cartera de Finanzas». Una condición que ha tomado más peso desde que el domingo la balanza se pusiera a favor de los liberales. Su líder, Christian Lindner, no sólo se posiciona en contra de los eurobonos o incluso de endurecer la política fiscal y las relaciones con Francia, sino que, tras desaparecer electoralmente en la pasada legislatura tras formar gobierno con la canciller, no se ha cansado de repetir que no repetirá los errores del pasado. Tras los comicios, Lindner admitió que ya se habían producido las primeras llamadas telefónicas para empezar a negociar la coalición y ayer su nombre ya sonó como candidato al Ministerio de Finanzas.
Todo apunta a que las negociaciones entre los tres partidos serán largas y laboriosas, pero Merkel parece querer sentar unas bases fuertes para el futuro Gobierno del Bundestag. Un Parlamento que con 709 diputados será el más grande de la historia de Alemania y en el que tendrá un importante protagonismo AfD a pesar de que volvió a evidenciar sus divisiones internas. Su copresidenta, Frauke Petry, anunció ayer que abandonará la formación, aunque no dio una fecha exacta. La salida de Petry era más que previsible después de que el lunes renunciara a su escaño en el Bundestag. A su abandono se suma el de su marido, el líder de AfD en la región de Renania del Norte-Westfalia, Marcus Pretzell.
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