Estados Unidos
México abre la puerta a los «dreamers» de EE UU
De los 800.000 menores inmigrantes, 600.000 son mexicanos. En «New Comienzos» intentan facilitarles el retorno a su país de origen.
De los 800.000 menores inmigrantes, 600.000 son mexicanos. En «New Comienzos» intentan facilitarles el retorno a su país de origen.
«No podemos tener una política de fronteras abiertas, es algo que ha rechazado el electorado. Debemos poner un límite al número de migrantes». Con estas palabras, el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, anunció el martes el fin del programa Acción Diferida para los llegados en la Infancia (DACA), implementado por Barack Obama en 2012.
En la actualidad más de 800.000 jóvenes indocumentados, que entraron a Estados Unidos siendo niños, son protegidos por este programa que les concede un permiso de trabajo temporal, un número de seguro social, identificación del estado, licencia de conducir y seguro médico. La cancelación de DACA convierte en ilegales a todos estos jóvenes, muchos de los cuales sólo hablan inglés y no tienen recuerdos de su país natal porque llegaron a Estados Unidos a una edad muy temprana. La Administración Trump les da la espalda para contentar a sus fervientes votantes que ven a estos «soñadores» como potencialmente peligrosos.
En estos momentos en Estados Unidos hay un total de 11 millones de personas residiendo sin autorización y los «dreamers» son el subgrupo con mayor aceptación en la sociedad ya que están perfectamente adaptados a su cultura y no tienen responsabilidad directa de su estatus migratorio. La nueva política migratoria de Donald Trump afecta nuevamente de lleno al orgullo de sus vecinos mexicanos, también en buena parte, porque el 80% de los «dreamers» nacieron en México.
«Tenemos un imperativo moral de actuar para promover el que, de manera pronta, el Congreso de Estados Unidos actúe y les dé certidumbre jurídica a estos muchachos que no hacen otra cosa más que contribuir, trabajar, estudiar en los Estados Unidos», aseguró Luis Videgaray, ministro de Exteriores mexicano. Pero no solo el Gobierno azteca tiende la mano a los «dreamers», también hay asociaciones como «New Comienzos» que están haciendo lo posible por facilitarles su retorno.
Israel Concha, fundador de esta asociación civil, fue un «dreamer» más al que una multa de tráfico hace dos años le terminó por romper su sueño americano: «Desde que empezamos hemos podido apoyar a más de 3.300 personas. No obstante, si llegan a cumplir su objetivo de deportar a gente masivamente creemos que México todavía no está preparado para asumirlo. Por eso estamos trabajando día y noche».
Ellos mejor que nadie conocen cuál es el proceso que vive un «dreamer» retornado porque ellos también pasaron por lo mismo: «Estamos colaborando con entidades de Gobierno para que los retornados puedan acceder a los servicios básicos, que puedan empezar sus propios negocios, que se les concedan créditos y que, entre otras cosas, puedan certificar su nivel de inglés lo que supone una gran diferencia en los salarios», asegura Concha.
Algo en lo que trabajan codo con codo con otras asociaciones y con un Gobierno que, al menos en el discurso, les responde: «El Gobierno de México abre las puertas a todos aquellos jóvenes DACA que regresen, ofreciendo, además de lo que se ofrece a todos los connacionales que regresan a través de la estrategia Somos Mexicanos. Estamos implementando, desde ahora, por instrucciones del presidente Enrique Peña Nieto, un nuevo programa de bolsa de trabajo con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social para ofrecer empleos en México».
Todavía restan 6 meses para que se haga efectiva la revocación de DACA y la única manera de frenarlo es a través del Congreso, impulsando una ley administrativa que les brinde protección y les autorice permiso de trabajo. No obstante, muchos temen que, antes de que esta ley pueda salir adelante, la información detallada que presentaron sobre ellos y sus familias hace unos meses pueda ser utilizada ahora en su contra por el Gobierno federal y se produzcan deportaciones masivas.
Si bien el presidente del Congreso, el republicano Paul Ryan, ha expresado su disposición a impulsar una ley con esta finalidad, la cargada agenda legislativa, con unos presupuestos del 2018 pendientes de aprobación, no permite ser muy optimistas. «Ya estamos acostumbrados a que se juegue una partida de ajedrez con nuestras vidas», asegura Concha. «En el discurso nos damos cuenta de existe una discriminación muy fuerte, se nos llama ilegales. Nosotros le queremos pedir a nuestros compañeros ‘‘dreamers’’ en Estados Unidos que sigan luchando por lo que ellos creen. Y, si se produce una deportación masiva, nosotros, aquí en México, estamos tendiendo ya un camino con el que apoyar al máximo de retornados».
México fue el dardo preferido de Trump durante su ascenso a la Casa Blanca: el muro en la frontera, la revisión del acuerdo de Libre Comercio (NAFTA) y ahora la deportación de 600.000 «dreamers» mexicanos son la confirmación de que el republicano no «iba de farol». La capacidad de respuesta del Gobierno de Peña Nieto será estudiada con atención por la sociedad mexicana, dolida en el orgullo patrio y con unas elecciones presidenciales en 2018.
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