Egipto

Mordaza a Al Yazira

Simpatizantes del destituido presidente Mohamed Mursi se manifiestan ayer en las calles de El Cairo
Simpatizantes del destituido presidente Mohamed Mursi se manifiestan ayer en las calles de El Cairolarazon

Desde el golpe de Estado contra el Gobierno de los Hermanos Musulmanes, la represión contra los islamistas no ha cesado y sus medios de comunicación están siendo silenciados uno a uno. Pocas horas después de la deposición del presidente Mohamed Mursi, las autoridades egipcias interrumpieron la emisión de varios canales de televisón afines a él o de tipo religioso, y la cadena árabe Al Yazira ha sido el blanco de ataques y restricciones desde el 3 de julio. Ayer llegaba finalmente la orden de un tribunal que clausura la emisora egipcia de Al Yazira, que en las pasadas semanas se ha dedicado a retransmitir las manifestaciones de los Hermanos Musulmanes, así como los mensajes del grupo y algunos de sus líderes en busca y captura. Sus oficinas llevan cerradas desde hace tiempo, pero el canal sigue emitiendo desde su base en Qatar, ofreciendo vídeos anónimos de las protestas, que llegan a internet desde los rincones más remotos de Egipto.

«No vamos a dejar de emitir, mientras sigamos contando con la colaboración de activistas sobre el terreno», asegura a LA RAZÓN un trabajador de Al Yazira, que tuvo que abandonar Egipto por razones de seguridad. Un periodista y un cámara del canal egipcio se encuentran en la cárcel, y tres empleados del canal en inglés fueron deportados por las autoridades, acusados de trabajar ilegalmente en el país. El Gobierno se aferra al hecho de que Al Yazira no cuenta con los permisos requeridos, pero está actuando también contra otros medios. Ayer 3 canales islamistas fueron clausurados y el día anterior lo fue un cuarto. Según Reporteros sin Fronteras, diez canales fueron cerrados en total en estos dos meses, y 80 periodistas fueron detenidos de forma arbitraria, ante la «actitud negativa» de las autoridades hacia los medios de comunicación.

Ayer, Al Yazira Egipto seguía emitiendo las manifestaciones de los seguidores de Mursi, pero, tras la orden judicial, pronto podría desaparecer de las ondas definitivamente. En las calles, los islamistas también pierden voz y presencia, debido a la amplia campaña de represión y arrestos contra ellos. Cada día, líderes locales, provinciales y viejas caras conocidas de la Hermandad son arrestados, y un órgano judicial ha recomendado que sus oficinas sean cerradas y el grupo, ilegalizado. El Gobierno espera a que sean los tribunales los que actúen. Mientras, el presidente Mursi sigue retenido en un lugar secreto. No se le ha vuelto a ver en público en más de 60 días, mientras la Fiscalía suma más cargos contra él. Esta semana, fue acusado de incitar la violencia que tuvo lugar a las puertas del palacio presidencial en diciembre de 2012, entre sus seguidores y los manifestantes antigubernamentales.