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El plan de paz de Trump con Putin "tiene ecos del apaciguamiento nazi", afirma un ex ministro de Defensa británico

"El hedor del apaciguamiento está regresando una vez más a Múnich", asegura el ex ministro de Defensa Ben Wallace

Trump Putin ASSOCIATED PRESSAP

Las conversaciones de Donald Trump con Vladimir Putin para poner fin a la guerra en Ucrania han generado fuertes críticas y preocupaciones en Europa. Una de las voces más duras ha sido la de Ben Wallace, ex secretario de Defensa británico, que comparó el acercamiento de Trump con el apaciguamiento de los nazis por parte de Neville Chamberlain en 1938, advirtiendo que ceder ante las demandas de Moscú podría tener consecuencias desastrosas para la seguridad europea.

El miércoles por la noche, Trump y Putin mantuvieron una llamada telefónica de 90 minutos en la que acordaron iniciar "inmediatamente" negociaciones de paz. Sin embargo, la ausencia de Ucrania y otros aliados europeos en estas conversaciones ha levantado sospechas de que cualquier acuerdo resultante podría favorecer abiertamente a Rusia.

Wallace, en un artículo publicado en The Telegraph, comparó la situación actual con la Conferencia de Múnich de 1938, cuando Chamberlain firmó un acuerdo con Adolf Hitler creyendo que garantizaría la paz, pero que en realidad allanó el camino para la Segunda Guerra Mundial. "El hedor del apaciguamiento está regresando una vez más a Múnich", escribió Wallace. "Después de que Chamberlain regresara a Gran Bretaña en 1938 tras haber firmado un acuerdo con Hitler, proclamó 'paz para nuestro tiempo'. Churchill refutó entonces que 'se les dio a elegir entre la guerra y el deshonor. Eligieron el deshonor y tendrán guerra'".

Wallace advirtió de que si Occidente no se mantiene firme ante Putin, podría enfrentar un destino similar en otros conflictos, como en el estrecho de Taiwán, Irán o Europa del Este. "Como hace 87 años, las raíces de este problema estarán en Múnich", afirmó. "Ucrania no tendrá motivos para volver a confiar en Occidente, pues ya la traicionamos una vez. En 1990 prometimos garantizar la seguridad de Ucrania a cambio de la entrega de sus armas nucleares, pero abandonamos esa promesa en 2014, cuando Putin robó Crimea y Donetsk", aseguró el ex alto cargo.

A juicio de Wallace, el "error fundamental" de Trump es creer que China "es la única amenaza real a la supremacía estadounidense". En realidad, explica el ex ministro, Rusia plantea "una amenaza similar, si no mayor", al haber demostrado de hecho su voluntad de participar en una guerra caliente para proteger sus intereses.

Las declaraciones de Wallace reflejan el temor de que cualquier negociación impulsada por Trump y Putin excluya a Ucrania y legitime las anexiones territoriales rusas. Putin ha exigido previamente que Ucrania reconozca la anexión de cuatro regiones (Donetsk, Luhansk, Zaporiyia y Jerson) y que se reduzca la presencia militar estadounidense en Europa.

Wallace también expresó su preocupación de que, si se apacigua a Putin ahora, no hay garantías de que no lance nuevas invasiones en el futuro. "Con la cuestión de la adhesión a la OTAN fuera de la mesa, no hay garantía de que Putin no regrese para arrebatar más territorio a Ucrania", escribió.

Además, criticó la presunción de la administración Trump de que, como principal donante (aunque Europa ha proporcionado más ayuda a Ucrania), puede dictar términos sin consultar a los aliados. "Nadie la detendrá mientras adula a Putin y sus 'demandas de seguridad'", agregó.

En respuesta a las conversaciones entre Trump y Putin, el actual secretario de Defensa británico, John Healey, insistió en que Ucrania debe ser parte central de cualquier negociación para poner fin a la guerra. "No puede haber negociaciones sobre Ucrania sin Ucrania", dijo Healey a los periodistas. "Los ucranianos están luchando valientemente. Nuestro trabajo, como ministros de Defensa de la OTAN, es ponerlos en la mejor posición para asegurar una paz duradera a través de la fuerza".

Por su parte, Rishi Sunak, ex primer ministro británico, instó al Gobierno y a sus aliados europeos a proporcionar a Ucrania "una presencia militar en tierra, aire y mar" para garantizar que cualquier acuerdo de paz sea duradero.