Acuerdos bilaterales
Putin pone al día su alianza comercial y militar con India
El presidente ruso visita a Modi en Nueva Delhi para hacerse con las armas y la tecnología militar de un aliado clave
La visita a la India iniciada ayer por Vladímir Putin puede considerarse una de las más importantes del mandatario ruso en los últimos años. Se trata de su primer viaje oficial a ese país desde el inicio de la guerra en Ucrania y llega en un momento de presiones occidentales hacia Nueva Delhi, mientras las relaciones entre los países asiáticos se están reconfigurando. Durante dos días, el presidente Putin y el primer ministro indio, Narendra Modi, encabezarán la 23ª cumbre anual de cooperación bilateral, en la que ambos mandatarios buscarán actualizar lo que denominan su “Alianza Estratégica Especial y Privilegiada”.
Desde la perspectiva política, el viaje es una declaración de intenciones. Para India, representa la voluntad de mantener su autonomía estratégica frente a las crecientes presiones de Estados Unidos y otros socios occidentales que buscan aislar a Rusia. Para Moscú, supone una oportunidad para demostrar que conserva aliados influyentes en Asia más allá de su estrecha relación con China. La cumbre aspira a ir más allá de la revisión de acuerdos existentes: ambas partes pretenden elaborar una hoja de ruta que fortalezca la cooperación económica, tecnológica, energética y, sobre todo, militar.
El comercio bilateral es uno de los temas centrales. Históricamente dominado por las importaciones indias de petróleo ruso, este vínculo se disparó en 2022 debido a la crisis energética y las sanciones occidentales. Entre 2021 y 2025, el volumen total pasó de unos 13.000 millones de dólares a cerca de 69.000 millones, un salto que ha posicionado a Rusia como uno de los principales abastecedores de crudo para India. Este crecimiento acelerado ha creado un fuerte desequilibrio: India importa mucho más de lo que exporta a Rusia. Las autoridades de ambos países reconocen que esta asimetría no es sostenible a largo plazo.
Con la llegada de Putin, Nueva Delhi y Moscú quieren corregir esa brecha mediante la diversificación de exportaciones indias. Sectores como el del automóvil, la maquinaria industrial, bienes electrónicos, textiles, productos agrícolas, alimentos marinos, manufacturas y equipamiento farmacéutico han sido identificados como prioritarios. Los bancos rusos, en particular Sberbank, han desplegado recursos para facilitar esta transición. Más de 6.000 empresas indias que nunca habían comerciado con Rusia buscan entrar ahora en ese mercado, aprovechando mecanismos de pago en monedas nacionales, como rublos y rupias, diseñados para reducir la vulnerabilidad ante las sanciones. El objetivo conjunto es ambicioso: alcanzar los 100.000 millones de dólares en comercio bilateral en 2030.
Aun así, el componente militar sigue siendo el eje central de la relación. Rusia continúa siendo el mayor proveedor de armamento de la India, con aproximadamente dos tercios de su arsenal, incluyendo aviones de combate, tanques, sistemas antiaéreos y submarinos. Este legado histórico otorga a Moscú una influencia considerable sobre la infraestructura de defensa india. Durante la cumbre, se espera que ambos líderes discutan la continuidad de varios programas existentes, la entrega de equipos pendientes y la modernización de sistemas clave. Entre los temas a tratar está el posible aumento de unidades del sistema antiaéreo S-400 Triumf y la posible incorporación del caza Sukhoi Su-57. Sin embargo, funcionarios indios y rusos han señalado que no se prevén anuncios de grandes contratos de compra durante esta visita. Los acuerdos se centrarán en la cooperación técnica, el soporte logístico y los trabajos de mantenimiento.
Un elemento destacado previo a la visita ha sido la ratificación por parte del Parlamento ruso del pacto logístico RELOS (Reciprocal Exchange of Logistic Support), que permitirá a los ejércitos de ambos países utilizar bases e instalaciones de manera recíproca para operaciones de abastecimiento, mantenimiento, ejercicios conjuntos y misiones humanitarias. Este acuerdo representa un salto de calidad en la cooperación militar ruso-india, tradicionalmente centrada en la adquisición de armamento. Además, la agenda militar empieza a expandirse hacia terrenos, como la posible construcción conjunta de buques polares de clase ártica.
En clave geopolítica, la visita de Putin refleja el esfuerzo de Rusia por diversificar sus alianzas en Asia en un momento en que su cercanía con China genera inquietud entre algunos sectores indios. Para Moscú, mantener un lazo sólido con India es fundamental para evitar quedar excesivamente supeditado a Pekín, especialmente en lo económico y militar. Para Nueva Delhi, la relación con Rusia es un elemento de equilibrio frente a China y a Occidente, cimentando su aspiración a convertirse en potencia autónoma en un mundo multipolar.
A pesar de la fortaleza de la alianza, persisten dudas relevantes. La dependencia india del petróleo ruso, bajo la crítica de Estados Unidos y Europa, genera cierta fragilidad diplomática. Asimismo, el mantenimiento del arsenal ruso en India exige flujos constantes de piezas, tecnología y soporte técnico que pueden verse afectados por el aislamiento internacional de Moscú. A la vez, Rusia se enfrenta al reto de convertir su vínculo con India en un intercambio más equilibrado que incluya producción de bienes, servicios e inversiones, superando barreras logísticas y financieras.