Inmigración ilegal
¿Qué hace “el presidente más cool del mundo” para frenar la migración forzada?
La muerte de un salvadoreño y de su hija de dos años ahogados al cruzar el río Bravo revela la debilidad del país centroamericano
Nayib Bukele, el dirigente de El Salvador, pide tiempo a EE UU para detener la inmigración irregular. La muerte de un salvadoreño y de su hija de dos años ahogados al cruzar el río Bravo revela la debilidad del país centroamericano.
Nayib Bukele, de 37 años, tomó posesión de su cargo como presidente El Salvador el pasado día 1 de junio. Ganó las elecciones presidenciales en febrero en primera vuelta con más del 50% de los votos. El dirigente, famoso por dar órdenes en Twitter a sus ministros, ha sido blanco de las críticas por tardar horas en reaccionar a la muerte de un padre y su bebé salvadoreños cuando intentaban cruzar el río Bravo para llegar a Estados Unidos en busca de una vida mejor.
La llegada de Bukele ha levantado grandes expectativas en el país, azotado por la pobreza y la violencia. Ahora, sus críticos le acusan de indiferencia tras la difusión de la imagen en la que aparecen padre e hija muertos flotando boca abajo. ¿Qué es lo que va a hacer el presidente para frenar la migración de compatriotas hacia Estados Unidos y evitar más muertes?
Óscar Alberto Martínez Ramírez, de 25 años, y la pequeña Valeria fueron arrastrados por la corriente del río el pasado domingo. La esposa y madre de la bebé, Tania Vanessa Ávalos, de 21 años, presenció la escena y relató a medios mexicanos que al intentar cruzar el río la niña fue arrastrada mientras que el padre intentó salvarla. Según un portavoz de la ONU, en el último mes han muerto 32 personas cuando intentaban llegar al vecino del norte.
Fuentes cercanas al equipo de asesores de Bukele, que en su perfil de Twitter dice que es “el presidente más guapo y cool del mundo”, aseguran que el joven mandatario ha mostrado “humanismo” ante la dramática situación de esta familia al anunciar que la presidencia pagará todos los gastos del traslado de los cuerpos y que ayudará económicamente a la familia.
Más allá del gesto, el Gobierno de El Salvador ha puesto el énfasis en un plan de desarrollo integral que Bukele firmó hace unos días con el presidente Andrés Manuel López Obrador, mediante el cual México destinará una partida inmediata de 30 millones de dólares a El Salvador para reactivar la agricultura y que incluye la siembra de árboles en 50.000 hectáreas del país centroamericano con el que se crearán 20.000 empleos.
Sin embargo, el Centro por la Justicia y el Desarrollo Internacional, una ONG consultora de la ONU y de la OEA, criticó el plan porque asegura que no ataca las causas reales de la migración centroamericana, y cita entre ellas la corrupción, la pobreza, la inseguridad y la incapacidad del Estado para proteger a su población.
El nuevo Gobierno salvadoreño asegura estar comprometido con mejorar los problemas que subyacen en la raíz del problema con un plan integral para mejorar la educación, el acceso al sistema sanitario y al mercado de trabajo con el objetivo de detener la migración. Adicionalmente, Bukele ha pedido a Estados Unidos que mantenga los fondos de ayuda al desarrollo que desde hace años destina a El Salvador, Honduras y Guatemala.
La ministra de Exteriores de El Salvador, Alexandra Hill, ha asegurado que la migración irregular es un fenómeno que se produce desde hace varias décadas en Centroamérica y que “no puede parar en dos semana de gobierno”. Los objetivos que persigue Bukele son a largo plazo; el problema es que la administración de Donald Trump ha pedido a México y a los países centroamericanos detener el flujo de migrantes irregulares en apenas una semanas.
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