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Radiografía de Gaza II: Matrimonio infantil para sobrevivir en la Franja

Las mujeres en Gaza sufren todo tipo de violencia. El deterioro de la situación las ha vuelto aún más vulnerables. El 75% no trabaja.

Las más vulnerables. Dos mujeres sentadas en la calle con sus pertenencias tras ser destruida su casa por ataques israelíes. Foto: Reuters
Las más vulnerables. Dos mujeres sentadas en la calle con sus pertenencias tras ser destruida su casa por ataques israelíes. Foto: Reuterslarazon

Las mujeres en Gaza sufren todo tipo de violencia. El deterioro de la situación las ha vuelto aún más vulnerables. El 75% no trabaja.

A las 9 de la mañana, en la calle Al Rasheed de Ciudad de Gaza, una mujer mayor pide limosna. Insiste en que no tiene qué comer y, para que comprender que su situación es crítica grita: “Estoy divorciada”. La pésima situación económica de la Franja de Gaza apenas ofrece oportunidades para las mujeres. El 75% de las palestinas está desempleada de acuerdo con las cifras de la ONG israelí Gisha. Una cifra que ha aumentado un 5% en comparación con los datos de 2017. “Las mujeres son las grandes víctimas del conflicto y el bloqueo israelí”, explica Amal Syam, directora del Women´s Affaires Center de Gaza (WAC). “Cada vez experimentan más dificultades debido al deterioro de la situación política, económica y social, que ha empeorado en los últimos tres años, y que cada vez que hay una guerra tiene picos”. En opinión de Syam, las palestinas sufren violencia doméstica, económica, social y política y además, no hay que olvidar que en Gaza “vivimos en una sociedad musulmana muy conservadora y patriarcal”.

Alrededor de un 25% de las mujeres ha sufrido violencia doméstica en Gaza, “pero no es solo por parte de sus maridos, pueden pegarlas sus padres o sus hermanos. Nos referimos a violencia intrafamiliar o dentro del hogar”, explica Syam. Otro dato que se ha exacerbado en lugar de desaparecer son los matrimonios infantiles. “Desgraciadamente está aceptado socialmente y supone una liberación para las familias que sufren problemas económicos. Acorraladas, deciden que es una buena forma de dar un futuro mejor a su hija y ahorrarse la manutención”, añade la directora de WAC, “es un modo de supervivencia”. Cabe recordar que las mujeres en Gaza tienen una media de 4,3 hijos.

“Los matrimonios de menores se suelen dar en hogares con 4 o 6 hijas”, relata. En un estudio elaborado por su organización, descubrieron que en el 44% de las que se casaron cuando eran niñas, la decisión la tomó su padre. Syam lo tiene claro, para ella los matrimonios infantiles son un crimen que las marca de por vida y las hace más vulnerables, pues lo primero que hacen es abandonar el colegio y algunas ni siquiera han cumplido los 15 años. “El año pasado, en el 21% de las bodas celebradas en la Franja de Gaza, las novias fueron niñas”. Una buena manera de erradicar los matrimonios infantiles sería que la autoridad de facto, Hamas, organización considerada terrorista por la Unión Europea, prohibiera las bodas entre personas menores de 18 años.

A pesar de lo conservadora que es la sociedad gazatí, las violaciones sexuales y el acoso también tienen lugar. Syam conoce varios casos de mujeres que acuden pidiendo ayuda a su organización, aunque lo cierto es que “normalmente si una chica es violada la familia acaba con su vida. Se toman la justicia por su mano, no nos enteramos”.

Aunque el divorcio está permitido, varias gazatíes consultadas confiesan que sufren el estigma de serlo. “Tus opciones a un segunda oportunidad se reducen y es casi imposible que un hombre que no haya estado casado o sea de tu misma edad se fije en ti”, indica una palestina. “Una vez que te has divorciado te quedan las peores opciones. Es difícil volver a casarse”, admite otra gazatí.

Por eso llama tanto la atención la energía que transmite Meme, de 37 años y natural de la Franja. Ha montado con una amiga una cooperativa de mujeres, Balaha wi Zaitoona (Aceituna y Dátil), de productos locales de gran calidad. Con total pragmatismo reconoce que desde pequeña se ha acostumbrado a vivir en conflicto, y no por ello se va a rendir. Es más, dos de sus casas fueron bombardeadas por el Ejército israelí (la primera en 2008 y la segunda en 2014). “Yo vivía en la zona central y las Fuerzas Armadas israelíes me llamaron por teléfono a casa y me dijeron que abandonara el edificio porque iba a ser bombardeado. La segunda vez, en Ciudad de Gaza, ocurrió igual. No te da tiempo a llevarte nada, aunque la mayoría de las familias tenemos una bolsa con los documentos más importantes preparada por si esto ocurre”.

Meme es optimista. “Siempre hay esperanza. La ocupación, las tres guerras, los misiles, los drones, los bombardeos y todo el terror bajo el que vivimos me han hecho tener miedo, pero en el fondo me han más fuerte”. “Yo quería crear algo, he estudiado, tengo un master en Negocios, he trabajado... Me gustaría salir fuera a estudiar un doctorado, pero la situación actual no ayuda, por lo que decidí montar algo”. Meme es de la opinión de que no por el bloqueo hay que cruzarse de brazos y esperar a que llegue el dinero. “Tenemos que trabajar duro por ello. Especialmente las mujeres”. Como ejemplo, Meme expresa que lanzó en 2017, Aceituna y Dátil, en pleno colapso de la economía de Gaza y después fue la ONG Oxfam Intermón la que se interesó en su cooperativa y no al revés, es decir, que no pidieron ni siquiera ayuda para comenzar. Ahora da trabajo a 15 palestinas y tiene unos beneficios de unos 4.000 dólares al año. “Trabajar solo con mujeres es muy competitivo, pero también hace que algunas mujeres (o sus familias) que prefieren solo trabajar entre féminas, puedan tener un empleo y sus parientes fiarse de ellas”. Su sueño ahora es montar un enorme restaurante que tenga productos tradicionales de Gaza y algunos más moderno. “Y que los clientes salgan diciendo, ¡qué bueno estaba!”.