Elecciones en EE UU

Kamala Harris cierra su semana grande con la mira puesta en la nominación

El respaldo de los Obama apuntala la candidatura de la vicepresidenta a la Casa Blanca

Kamala Harris va cerrando la primera de muchas posibles semanas largas en su vida. En las últimas horas, la vicepresidenta de Estados Unidos sumó todas las «joyas de la corona» del Partido Demócrata al recibir el respaldo público de las superestrellas liberales Barack y Michelle Obama. «¡Me siento muy orgullosa de mi chica, Kamala! Barack y yo estamos muy emocionados de respaldarla como candidata demócrata debido a su positividad, sentido del humor y capacidad de llevar luz y esperanza a personas de todo el país», dijo Michelle. El anuncio se hizo a través de una llamada filmada entre los tres a comienzos de esta semana, marcando así el fin de las especulaciones sobre si existía alguna posibilidad de que Harris fuera retada el 19 de agosto cuando inicie la Convención Nacional Demócrata en Chicago y se oficialice su nominación.

Antes de los Obama, los principales líderes demócratas en el Congreso, Chuck Schumer y Hakeem Jeffries, también se habían alineado con su candidatura, impulsada por la influyente Nancy Pelosi. Los donantes abrazaron a Harris como nunca antes se había pensado, superando los 100 millones de dólares en 24 horas. La astronómica cifra seguía multiplicándose a medida que los votantes registrados demócratas parecían aumentar también sus donaciones de bolsillo a la campaña, que en este punto no puede describirse de otra forma que «energizante».

En conversación con LA RAZÓN, el profesor de American University Emilio Viano explica que el impulso tomado por los demócratas a falta de 100 días para las elecciones será crucial en el resultado del 5 de noviembre, «si pueden magnificar el momento proyectando a Harris como la candidata que puede ocupar los segmentos poblacionales donde Biden –un hombre blanco de 81 años– no convencía demasiado», asegura. En principio, esos segmentos más naturales son las minorías a las que tradicionalmente apunta el Partido Demócrata, pero que en esta oportunidad las encuestas mostraban desencantadas de votar por Biden, dadas las dudas sobre las capacidades físicas y cognitivas del presidente para aspirar a cuatro años más al mando de la primera potencia del mundo.

Esos grupos se componen principalmente de mujeres de los suburbios que están motivadas por la lucha en favor de los derechos reproductivos como el acceso al aborto, una batalla que en el último tramo de este período Harris ha hecho suya por parte de la Administración. También están los afroamericanos que, más allá de las críticas habituales sobre si una mujer californiana y educada de élite es la mejor representación de la comunidad, vuelven a verse en cierto modo identificados. Al final, la agitada política estadounidense nos hace olvidar por momentos que este país vuelve a tener la oportunidad de elegir a una mujer como su presidenta. Y por otra parte están los jóvenes, que de acuerdo con los sondeos eran los menos motivados para votar en estos comicios.

A través de redes sociales, la imagen de Harris –una mujer casi disminuida durante su labor de vicepresidenta– ha resurgido ahora acompañada de mensajes de «esperanza», defensa de la libertad e incluso con la exitosa campaña viral «Kamala is BRAT», que intenta mostrarla cerca a esta población. Viano indica que toda esta «luna de miel» con un electorado de último minuto podría no llegar hasta noviembre. El experto advierte Harris deberá «amplificar el entusiasmo a medida que marca posturas claras y distantes sobre Biden, sin olvidar que su rival es Donald Trump».

Quizá un ejemplo de ese matiz con el actual mandatario lo tuvo tras su reunión con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. En unas declaraciones que no estaban anticipadas a la prensa, Harris se mostró –de acuerdo con fuentes familiarizadas con la Casa Blanca– mucho más contundente de cara al público que en su encuentro privado con el líder israelí. La vicepresidenta aseguró con tono firme que ella «no guardará silencio» sobre el sufrimiento en la Franja de Gaza, la «devastadora» pérdida de vidas y la «terrible» crisis humanitaria.

Las declaraciones, por supuesto, vinieron minutos después de ratificar que «Israel tiene derecho de defenderse», aunque luego matizó diciendo que «cómo se defiende también importa». Se trató de una muestra de lo que podrían ser sus posturas sobre el conflicto en Gaza, teniendo en cuenta que está presionada por un grupo de votantes jóvenes que exigen a Estados Unidos garantizar el éxito de una tregua que pare el derramamiento de sangre civil en el enclave palestino.

La prueba de fuego para ver cuánto más Kamala Harris podría extender su «momento» podría ser un debate con Trump. Antes, los cara a cara no aportaban mucho a los votantes convencidos, pero en esta elección de sorpresas y tras lo ocurrido con Biden, sin duda eso ha cambiado. Aún no hay fecha decidida ni canal escogido, pero todo apunta a que de hacerse el enfoque de los demócratas será el de «fiscal vs. convicto», una estrategia útil si tomamos en cuenta que como vicepresidenta Harris deja muchos frentes abiertos para ser atacados y Trump, como el «showman» que es, no sólo sabe sobrevivir sino también disparar.