Política

Reino Unido

Realismo vs idealismo

El primer ministro de Escocia, Alex Salmond, frente a una bandera de Reino Unido
El primer ministro de Escocia, Alex Salmond, frente a una bandera de Reino Unidolarazon

Entrevista con Paul Gordon, miembro del Partido Conservador en Escocia y ex secretario del Partido Conservador Británico en España

- Salmond ha sufrido dos grandes varapalos: el jueves le negaron la libra y ayer la Comisión Europea le recordó que la integración de Escocia en la UE sería «extremadamente difícil». ¿Cómo quedan sus planes de independencia?

–Ya era hora de poner a Alex Salmond en su sitio. Su idea de independencia es una especie de cuento, vende el paraíso en la tierra. Si los escoceses libremente, quieren independizarse, que tengo mis dudas, tiene que ser con todas las consecuencias de la ley. La libra es la moneda de Reino Unido, si una parte se marcha por su cuenta tiene que crear su propia moneda. En cuanto a la Comisión Europea ya se sabía pues, según los tratados, si una parte se va de un país se tiene que pedir la adhesión otra vez y esperar a que los 28 miembros unánimemente estén de acuerdo. Algo muy difícil y que requiere mucho tiempo.

- ¿Digamos que parece que Salmond quiere ser independiente y además quedarse con algunos de los logros de Reino Unido como tener una moneda fuerte o ser miembro de la UE?

–Como se dice en inglés «no puedes tener tarta y comértela», es decir, todas las ventajas y ningún inconveniente, que todo sea suave. Me alegra que empiece a ser más duro al respecto, pues en mi opinión la clase política ha estado bastante callada. Parece que conforme se acerca la fecha, sólo faltan siete meses para el referéndum, y se empieza a valorar realmente lo que está en juego se está avivando el debate. Está en juego el destino de un país y la identidad de muchas personas para siempre. En suma, hay que ser realista y no engañar a los escoceses.

- ¿Ya está Escocia en la agenda del primer ministro David Cameron? ¿Cuál es su estrategia a seguir?

–Cameron lo tiene muy difícil. Aunque su apellido y sus antepasados son escoceses, en Edimburgo se han encargado de difundir su imagen de «snob», de político del «establishment» del sur. Por lo que si bien es cierto que ya se ha puesto más proactivo al respecto, si se enfrenta demasiado y es muy negativo con la independencia, podría hasta llegar a ser contraproducente.

- ¿Qué resultado espera del referéndum en septiembre?

–Yo espero que prevalezca el sentido común y que los escoceses no quieran arriesgar sus pensiones y todo lo que va a conllevar una independencia real, pero es una votación impredecible. No sabemos lo que va a ocurrir. Espero que los escoceses, antes de acudir el 18 de septiembre, sepan toda la verdad y no las opiniones a las que ha dado rienda suelta Salmond. Además, no quiero ni pensar lo que se está gastando el Gobierno de Edimburgo en la campaña por el «sí», pero es una consulta legítima. Eso sí, lo que hay que recordar es que la independencia será sin la libra y fuera de la Unión Europea.

- ¿Usted votará en contra?

–Déjeme recordarle que durante las reuniones entre Salmond y Cameron, a cambio de hacer una única pregunta directa que no diera lugar a equívocos, el «premier» tuvo que ceder en este punto. Una de las concesiones que hizo es que los escoceses que vivimos fuera de Escocia no puedan votar en el reférendum. Aunque estemos ya registrados como votantes en el exterior, como es mi caso. Me parece un poco injusto no poder decidir en algo tan sumamente importante para Escocia.

*Miembro del Partido Conservador en Escocia y ex secretario del Partido Conservador Británico en España. Preguntas elaboradas por Esther S. Sieteiglesias