Política

Referéndum en Escocia

Rodríguez Mora: «El plan económico nacionalista es propaganda e improvisación»

José V. Rodríguez Mora. Catedrático de la Univ. de Edimburgo

La Razón
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A un mes del referéndum de independencia de Escocia, los expertos económicos alertan de los riesgos que supondría la secesión y analizan los argumentos de Alex Salmond en su defensa a ultranza de la viabilidad de su propuesta. «No están basados en hechos», asegura José V. Rodríguez Mora, catedrático de Economía de la Universidad de Edimburgo, en una entrevista concedida a LA RAZÓN.

–El plan económico de Alex Salmond ha sido muy criticado por carecer de argumentos. ¿Cuál es su opinión al respecto? ¿Considera que es viable?

–El plan económico parece una improvisación. Es, en mi opinión, poco más que propaganda. Su idea es intentar mostrar que la independencia no supondría ningún perjuicio económico. Pero algunos aspectos son casi infantiles («la libra es tan nuestra como de los ingleses»). Otros puntos están basados en deseos, más que en realidades. En verdad, el dinero del petróleo apenas compensa las transferencias fiscales realizadas desde Inglaterra dentro de la Unión y, al mismo tiempo, es impensable que la relación económica con ella se mantenga a niveles parecidos. Yo no sé si de verdad se creen lo que ellos mismos están diciendo, pero, sin duda, no está basado ni en hechos ni en un análisis desapasionado.

–¿Una Escocia independiente sería sostenible a largo plazo?

–Todo puede ser viable. El Vaticano es viable. Montenegro es viable. Kosovo es viable. No es que Escocia sea inviable, lo que ocurre es que sería relativamente más pobre.

–¿Escocia podría vivir mejor si pudiera controlar todo el petróleo?

–No. La recaudación que se obtiene del petróleo del mar del Norte que está en «aguas escocesas» es del mismo orden en magnitud que las transferencias fiscales que se hacen de Inglaterra a Escocia. En ese sentido, se quedaría esencialmente igual, pero con el riesgo adicional que provocaría una posible caída en el precio del petróleo, lo cual tendría un efecto brutal en las finanzas públicas escocesas.

–¿Un Estado más pequeño, como dice Salmond, puede racionalizar mejor sus recursos y adaptarse mejor a las necesidades de sus ciudadanos?

–No hay ninguna evidencia de que los países pequeños sean más ricos que los más grandes. Ninguna. Hay motivos teóricos que indican que sí podría racionalizar mejor los recursos, pero también los hay que dicen lo contrario.

–¿Cree que el alto porcentaje de indecisos que aún existe a tan sólo un mes del referéndum se debe a que la cuestión económica deja muchas preguntas sin revolver?

–Me sorprendería. Creo que esto se vota con el corazón. Es mucho más un tema sentimental que económico.

–¿Si hubiera un «plan B» a la libra, la independencia tendría más apoyo?

–También me sorprendería bastante...

–¿Cuál sería el impacto de la independencia para Escocia y el resto de Reino Unido?

–Desde el punto de vista económico, negativo, pero no desastroso. Desde un punto de vista emocional y de cómo posicionarse en el mundo, no sabría qué decir. Me parece que lo digerirían mejor que una ruptura de España, pero no estoy seguro.

–¿Se pueden hacer paralelismos en cuanto al impacto económico entre Cataluña y Escocia?

–Algunos. Los dos comercian muchísimo con el resto del Estado de que forman parte. Mucho más (en relación con su tamaño) de lo que ningún otro país de Europa comercian entre sí, y es previsible que esto cambiaría para mal. Por otro lado, Cataluña es más rica que la media de España, por lo que hace una transferencia fiscal al resto, mientras que Escocia tiene aproximadamente la renta media de Reino Unido y esencialmente tiene un saldo fiscal cero. Además, Escocia como Estado independiente sería muy dependiente del precio del petróleo.