Diplomacia
Putin ordena la expulsión de 60 diplomáticos de EE UU
El Kremlin aplica el principio de reciprocidad y cierra el consulado en San Petersburgo. Anuncia también represalias contra otros países que apoyaron a Londres, lo que afectaría a un centenar de sus representantes
El Kremlin aplica el principio de reciprocidad y cierra el consulado en San Petersburgo. Anuncia también represalias contra otros países que apoyaron a Londres, lo que afectaría a un centenar de sus representantes.
La esperada respuesta de Rusia a la expulsión de sus diplomáticos en más de 28 países no se ha hecho esperar demasiado. El Ministerio ruso de Relaciones Exteriores anunció a última hora de ayer que 58 diplomáticos de la Embajada de Estados Unidos en Moscú y dos empleados del Consulado General estadounidense en San Petersburgo deberán salir de Rusia antes del 5 de abril. «Partiendo del principio de reciprocidad y en calidad de medida de respuesta, 58 empleados de la Embajada de EE UU en Moscú y dos trabajadores del Consulado General de EE UU en Ekaterimburgo están declarados personas non gratas por actividades no compatibles con el estatus diplomático», aseguraba el comunicado. Además, Moscú ordenó de igual modo el cierre del consulado general estadounidense en San Petersburgo.
El embajador de EE UU en Rusia, Jon Huntsman, compareció ayer por la tarde ante la sede la Cancillería y allí el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, le informó de la decisión del Kremlin. Más tarde Lavrov ofreció una rueda de prensa en la que además de confirmar el contenido del comunicado, anunció que pronto serán anunciadas medidas similares contra otro centenar de diplomáticos de aquellos países que se sumaron a Reino Unido en la expulsión de representantes rusos. «En cuanto al resto de países, también habrá una respuesta simétrica», dijo. El diplomático además advirtió a Washington de que Rusia responderá si las autoridades estadounidenses mantienen su actitud hostil hacia las misiones rusas.
Lavrov también le entregó a Huntsman una «nota de protesta por las indignantes e infundadas exigencias» de que 60 diplomáticos rusos abandonen ese país por el «caso Skripal». Además de cerrar el consulado general ruso en Seattle, Estados Unidos anunció el lunes, en solidaridad con Londres, la expulsión de 48 diplomáticos y doce representantes rusos en la ONU.
Desde Washington, la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, calificó de «lamentable» la expulsión de 60 diplomáticos estadounidenses. «Rusia ha tomado un camino lamentable frente a nuestras medidas perfectamente justificadas», defendió Nauert.
Lavrov adelantó que Moscú no se va a limitar a «reaccionar» ante las que calificó de «tremendas presiones» por parte de Washington y Londres para que se adopten «medidas absolutamente inadmisibles» contra Rusia «bajo la excusa del 'caso Skripal'». Al respecto, la Cancillería advirtió en un comunicado de que si EE UU continúa con «sus medidas hostiles» contra las legaciones diplomáticas rusas en su territorio, Rusia tomará «medidas adicionales». Casi una treintena de países, en su mayoría miembros de la UE, anunciaron el lunes la expulsión de más de un centenar de diplomáticos rusos, decisión que Moscú condenó «enérgicamente». «En relación al resto de países también serán simétricas en lo que se refiere al número de personas de las misiones diplomáticas que tendrán que abandonar Rusia. Por ahora, eso es todo», agregó Lavrov. Antes de concluir, propuso una reunión de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) para el 2 de abril en la que abordar el ataque contra Skripal, «a fin de lograr un diálogo y encontrar la verdad».
Rusia mantiene que Reino Unido no ha presentado aún prueba alguna sobre la culpabilidad rusa en el envenenamiento el 4 de marzo en la ciudad británica de Salisbury de Skripal y su hija Yulia. Sin embargo, la primera ministra británica, Theresa May, aseguró ante el Parlamento que existían pruebas claras de que la mano de Rusia estaba detrás del ataque con «Novichok», un agente nervioso. Este tóxico, que significa «recién llegado» en ruso, forma parte del grupo de agentes avanzados desarrollados por la Unión Soviética en las décadas de 1970 y 1980. Tras las palabras de May en Westminster, Donald Trump, Angela Merkel y Emmanuel Macron se sumaron al día siguiente a la «premier» para condenar enérgicamente el intento de asesinato y apoyaron su tesis. En un comunicado conjunto poco habitual, publicado por Downing Street, los mandatarios aceptaron la versión británica de los hechos, que aseguran constituye «la primera utilización ofensiva de un agente nervioso en Europa desde la II Guerra Mundial», y que «amenaza la seguridad de todos».
Ayer, el titular de Exteriores ruso exigió a las autoridades británicas durante su comparecencia que permitan acceso consular a la hija del ex espía, después de que los servicios médicos hayan desvelado «una mejora rápida» en su salud.
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