Suecia
Segundo ciberataque en una semana a la web de los socialdemócratas en Suecia
El Gobierno se prepara pare evitar la injerencia rusa en las elecciones del 9 de septiembre
El Gobierno se prepara pare evitar la injerencia rusa en las elecciones del 9 de septiembre.
A menos de tres semanas de unas inciertas elecciones, los socialdemócratas suecos no levantan cabeza. Tras una precampaña caliente por culpa de los numerosos incendios forestales y la quema organizada de coches en los suburbios de Gotemburgo y unos sondeos que anticipan el peor resultado para el partido en un siglo, los socialdemócratas se despertaron ayer siendo víctimas de un ciberataque a su página web, el segundo en apenas una semana.
Helena Salomonson, responsable de comunicación del Partido Socialdemócrata (SAP), lamentaba a la agencia de noticias TT “un hecho serio”, puesto que “los ciudadanos no tienen acceso a nuestra web, el corazón de nuestra campaña electoral, donde se encuentra toda la información sobre nuestras políticas”.
El ataque, que fue denunciado inmediatamente a la Policía, se produjo a las nueve de la mañana y bloqueó la página durante seis minutos, informó Salomson. El proveedor de internet del SAP, por su parte, responsabilizó del ataque a direcciones IP procedentes de Rusia y Corea del Norte. Sin embargo, la portavoz socialdemócrata prefirió mostrarse cauta al “resultar difícil determinar posibles participantes y motivos” y adelantó que “ahora necesitamos volver a revisar nuestras medidas de seguridad”.
Como en recientes procesos electorales en Europa y Estados Unidos, la alargada sombra del Kremlin sobrevuela las elecciones generales del 9 de septiembre, marcadas como en otros países por la crisis de los partidos tradicionales (socialdemócratas y conservadores) y el crecimiento de una extrema derecha que hace de la lucha contra la inmigración su principal bandera electoral. Los Demócratas Suecos (DS), que entraron por primera vez en el Riksdag (Parlamento) en las elecciones de 2010 y rozaron el 13% de los votos hace cuatro años, aspiran a convertirse en la llave del futuro Gobierno sueco.
El Ejecutivo rojiverde de Stefan Löfven ha formado a 7.000 funcionarios para prepararles para detectar posibles “operaciones de influencia” durante el proceso electoral.. El propio primer ministro consideró “completamente inaceptable” cualquier intento de injerencia en los comicios por parte de otro país y se comprometió a exponerlos “sin piedad”. Anders Thornberg, jefe de los servicios secretos suecos (SAPO), apuntó directamente a Moscú al reconocer que “la mayor amenaza para nuestra seguridad en cuanto a injerencia política es Rusia”.
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