Terrorismo yihadista

«Somos una democracia, no podrán con nosotros»

LA RAZÓN acude a la zona del ataque, convertido en un lugar desolador. «Siento que estamos en guerra», asegura un visitante

Conmoción entre los británicos: Un niño juega con una pistola de plástico entre los numerosos británicos que ayer se acercaban a la zona del atentado
Conmoción entre los británicos: Un niño juega con una pistola de plástico entre los numerosos británicos que ayer se acercaban a la zona del atentadolarazon

LA RAZÓN acude a la zona del ataque, convertido en un lugar desolador. «Siento que estamos en guerra», asegura un visitante

Ocho minutos de terror han bastado para silenciar una de las zonas más concurridas y alegres de la capital británica. Londres amanecía ayer en «shock» con la noticia de que un nuevo ataque terrorista, el tercero en poco más de dos meses, se había vuelto a producir en sus calles dejando siete fallecidos y medio centenar de heridos. El Puente de Londres y el mercado gastronómico de Borough han sido los escenarios del ataque. Ambos lugares –el mercado está situado a escasos metros del puente– se encuentran en pleno centro de la ciudad. Es una zona que suele estar muy concurrida, tanto por británicos como por turistas, que aprovechan para pasear por la rivera del Támesis, comer en alguno de los puestos de comida que inundan el mercado y disfrutar también de las vistas que ofrece la zona. Pero ayer, el área estaba completamente acordonada y desértica. Pocos eran los que paseaban por allí. Algunos curioso decidieron acercarse al lugar de los hechos. Lo que más podía verse eran periodistas de todas las nacionalidades informando de lo sucedido.

«Siento que estamos en guerra y no sé cómo va a terminar», aseguró Michael Wood a LA RAZÓN, mientras desencadenaba su bicicleta para volver a casa. «Trabajo aquí, y la verdad, me he quedado paralizado, no estoy asustado, pero esto te hace pensar». Michael se encuentra a pocos metros de la zona que la Policía mantenía acordonada para avanzar en la investigación policial abierta tras el atentado: «Ayer por la noche estaba en casa y seguí lo que estaba ocurriendo por Twitter hasta tarde». Este británico de 46 años comenta que lo sucedido no le va a hacer cambiar, porque «somos una democracia» y hay que seguir con el día a día, «porque si no ellos ganan». Sobre el contexto en el que se produce este ataque, a cuatro días de los comicios generales, dijo: «Me parece bien que se celebren las elecciones el jueves, si no lo hiciéramos, ellos se saldrían con la suya», explica mientras se marcha y deja a decenas de periodistas y policías atrás

John, Graham y Andy han aprovechado el buen tiempo del domingo para salir a pasear por la zona, pero como John nos dice: «La gente está afectada, esta zona suele estar llena de personas, y mira cómo aparece hoy». Los tres son amigos que viven cerca del punto donde se produjo el ataque del sábado. «Sabemos que van a haber más ataques y creo que el Gobierno debería sacar a más policía armada a las calles», comenta Andy. «Nosotros no estamos acostumbrados a eso, si vas a Europa, a Francia por ejemplo, ves a policías armados, y a mí me causa sorpresa, pero sinceramente, creo que ahora es necesario que nosotros también lo hagamos». Su amigo Graham asiente, y dice que él trabaja con la Policía Metropolitana: «Sí algo está claro, es que tenemos las mejores fuerzas del orden. Ayer tardaron ocho minutos desde que recibieron el aviso hasta encontrar a los terroristas y abatirlos». Los tres están de acuerdo en algo, tienen que continuar con sus vidas, los tres quieren ir a votar el jueves porque como dicen, «vivimos en una democracia y esto no va a acabar con nosotros».

Gassiapard es francés y se encuentra con su mujer visitando Londres. Ayer se sentía conmocionado. «Después de todo lo que ha pasado en mi país, ahora también aquí, esto es horrible», aseguraba. El hombre, de 62 años, estaba intentando llegar a la turística Torre de Londres –cercana al lugar del atentado– cuando se encontró con toda la zona bloqueada. «Esto te deja en ‘‘shock’’, pero creo que tenemos que continuar con nuestras vidas».

A pocos metros de la zona del suceso también se encuentran Noor Hadi y el imán Farhan Ahmad con otros amigos. Todos pertenecen a la comunidad musulmana Ahmadiyya, una de las más grandes de Londres. «Estamos aquí para mostrar nuestro apoyo a las víctimas y condenar lo que ha pasado, esa gente no es musulmana, el islam no es eso», asegura Noor a LA RAZÓN, que está preocupado ante la posibilidad de que la hostilidad contra su comunidad aumente en los próximos días en la ciudad.

«La realidad es que las personas que hacen esto es porque las han lavado el cerebro otras personas que tienen otros intereses que no tienen nada que ver con el islam», afirma el británico. La asociación a la que pertenecen ha recaudado dinero para las víctimas del ataque de Manchester y ha iniciado otra recaudación para el nuevo ataque perpetrado el sábado. «Cuando nos enteramos del ataque del Puente de Londres decidimos que venir aquí era lo mejor que podíamos hacer, si la gente tiene preguntas sobre qué es ser musulmán o el islam, estamos aquí para explicárselo, porque matar a personas no es ser musulmán», comentaba el imán Farhan.

Poco a poco, la zona del Puente de Londres y el mercado de Borough irá recuperando la normalidad, porque aunque el ataque ha sido un duro golpe para Reino Unido, los británicos quieren «continuar con sus vidas», porque si no «ellos ganan».