Londres
Los atentados yihadistas bloquean al Gobierno de May
El ataque de la noche del sábado en Londres, el tercero en 72 días, interrumpe de nuevo la campaña electoral y deja al descubierto las debilidades del Ejecutivo y la Fuerzas de Seguridad. La primera ministra dice «basta» y anuncia leyes más duras contra los yihadistas
El ataque de la noche del sábado en Londres, el tercero en 72 días, interrumpe de nuevo la campaña electoral y deja al descubierto las debilidades del Ejecutivo y la Fuerzas de Seguridad. La primera ministra dice «basta» y anuncia leyes más duras contra los yihadistas
Reino Unido está en estado de «shock» tras convertirse de nuevo en escenario del terrorismo islamista. Tan sólo 12 días después del atentado que causó 22 muertos en Manchester, tres hombres mataron en la noche del sábado en Londres a siete personas y dejaron decenas de heridos, arrollando primero con una furgoneta a los viandantes y acuchillando después a todo aquel que encontraban a su paso. Se trata del tercer ataque terrorista en suelo británico en 72 días. El 22 de marzo, un hombre atropelló a decenas de peatones en el puente de Westminster para empotrarse luego contra la valla del Parlamento. Murieron cinco personas, además del terrorista. En ese mismo periodo, según confirmó ayer el Ministerio del Interior, las Fuerzas de Seguridad han frustrado otros cinco atentados.
El ataque se produce en la recta final de la campaña para las elecciones del jueves, cuando los conservadores de Theresa May han reducido considerablemente la ventaja que sacaban a los laboristas de Jeremy Corbyn. El líder de la oposición ya puso de relieve la semana pasada los supuestos vínculos entre el terrorismo y la implicación británica en guerras en el extranjero, con las que siempre se ha mostrado muy crítico.
Nadie sabe, por tanto, cómo pueden afectar ahora estos atentados en unos comicios tan importantes para Europa. Al fin y al cabo, quien salga vencedor de las urnas representará a Reino Unido en las complejas negociaciones del Brexit y el programa de «tories» y laboristas no puede ser más distinto. Aunque la salida del bloque fue el tema estrella, el terrorismo ocupa ahora toda la atención en una campaña cuyos actos tuvieron que suspenderse ayer de nuevo, como ya ocurriera tras el atentado de Manchester.
Tras el ataque en el concierto de Ariana Grande, el grado de amenaza terrorista estuvo cinco días en «crítico», su nivel más alto, lo que llevó a desplegar soldados armados por las calles. Pero el 27 de mayo volvió a situarse en «grave», lo que indica que un ataque es «muy probable». Aunque algunos cuestionaban ayer si se hizo bien al retirar a los militares de las calles, los expertos coinciden en que cada vez resulta más complejo para las autoridades controlar una nueva forma de terrorismo, donde «lobos solitarios», ahora de nuevo coordinados, siembran el terror con coches y cuchillos. También, indican, las Fuerzas de Seguridad británicas están viéndose totalmente superadas por los yihadistas.
Tras reunirse con el gabinete de emergencia Cobra, May compareció ayer a las puertas de Downing Street, donde aseguró que el atentado no estaba conectado «a nivel de red» con los ataques de Manchester y Westminster, aunque todos ellos estaban unidos por «la ideología del islam extremista». La «premier» aseguró que las elecciones se celebrarán en la fecha prevista, ya que «nunca hay que permitir que la violencia interrumpa nuestro proceso democrático». «Hay demasiada tolerancia con el extremismo en este país [...] y las cosas tienen que cambiar de un modo fundamental», sentenció durante su intervención, donde dejó claro su intención de revisar la legislación antiterrorista.
En este sentido, la líder «tory» anunció cuatro medidas y estableció como una prioridad «regular el ciberespacio», con la colaboración de la comunidad internacional, para tratar de «apartar esta violencia de las mentes de las personas y hacerles entender nuestros valores». «No podemos permitir que los terroristas actúen en un lugar seguro y eso es lo que están haciendo en internet», dijo. «Derrotar a esa ideología es uno de los grandes retos, pero no se puede hacer sólo con intervenciones militares», añadió. Asimismo, abogó por cambios en la estrategia antiterrorista y se refirió en concreto a un endurecimiento de las penas por terrorismo, impulsar las medidas para identificar y extirpar el extremismo de la sociedad británica y otorgar más poderes a la Policía.
La portavoz de Exteriores del Partido Laborista, Emily Thornberry, reprochó a la «premier» haber aprovechado el atentado para proponer medidas que no son de aplicación inmediata y, por tanto, suponen, según ella, un incumplimiento del acuerdo para paralizar la campaña hasta hoy. «Lamento el momento elegido», dijo. «Salir a las escaleras del 10 de Downing Street inmediatamente después de esta indignación no es algo que se pueda esperar. Tenemos que hacer más, pero también tenemos que ser cuidadosos porque aún hay gente que no sabe que un ser querido ha muerto», argumentó.
Otras voces cercanas a Corbyn fueron más contundentes. «La gente verá estas declaraciones de May como lo que son: una politización de un atentado porque tiene miedo de perder las elecciones», apuntó a través de Twitter Matt Zarb-Cousin, jefe de prensa del líder laborista hasta hace unos días. Zarb-Cousin reprochó a May que ha tenido seis años como ministra del Interior para haber hecho lo que propone ahora. «No ha podido proteger al pueblo británico de los terroristas», apostilló, al tiempo que destacó los recortes en el gasto policial y la financiación del MI5 del Gobierno.
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