Estados Unidos
Un candidato imprevisible
Análisis. El multimillonario mantiene su errática campaña sin programa y esclavo de su temperamento
–¿Por qué ha dado su apoyo Donald Trump ahora a Paul Ryan y a John McCain?
–Creo que los líderes republicanos han presionado bastante a su candidato para que lo haga, y para que se muestre más en sintonía con la formación. Dado su comportamiento en el pasado, no me sorprendería demasiado que este apoyo que acaba de manifestar no sea muy serio, en el sentido de que dirá otras cosas sobre Ryan y McCain cuando esté enfadado. No parece un hombre que sepa cómo ocultar su enfado hacia otras personas, así que no estoy del todo seguro de que el hecho de que les haya secundado signifique que vaya a reducir de pronto la dureza de sus comentarios o que vaya a empezar a apoyar más a los demás.
–¿Tiene una estrategia de campaña?
–Tiene cierta audiencia y trabaja para satisfacer a aquellos que la componen en una serie de puntos, como acuerdos comerciales, inmigración, etc. En ese sentido, lo que hace sí que se podría interpretar como una estrategia para atraer electores. Pero si a lo que se refiere es a si tiene algún tipo de programa, de plan fijado... no lo parece.
–¿Cree que puede abandonar la carrera hacia la Casa Blanca, si se espera que tenga unos malos resultados?
–Abandonar la campaña sería algo bastante extremo. Lo que está haciendo ahora es realizar declaraciones sobre cómo se explicaría, al menos dentro de su cabeza, su posible derrota en noviembre. Dado su temperamento, no querría ser algo que menciona con cierta frecuencia: un perdedor.
*Profesor de Ciencias Políticas y Asuntos Públicos en la Universidad de California, Los Ángeles
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