Un problema de liderazgo

l ¿Le pasará factura este «affaire» a Hollande?

–No creo que tenga un efecto directo, pero sí indirecto. Si no consigue maquillarlo con unos mejores datos económicos, le costará caro. Es pronto para aventurarse a pensar qué ocurrirá en las próximas elecciones. Si se celebrasen hoy, perdería. Pero hay que esperar a 2017, ver si su contrincante es Nicolas Sarkozy y cómo está entonces la economía.

l ¿Están los franceses escandalizados?

–En general, en Francia no existe un gran impacto de la vida privada de los políticos sobre sus perspectivas políticas, a no ser que su vida privada plantee cuestiones importantes sobre su moralidad, como ocurrió con Dominique Strauss-Kahn. Pero éste no es el caso de nuestro presidente.

l ¿Por qué Hollande es el presidente peor valorado de la historia de la V República francesa?

–Hay tres aspectos que pueden explicarlo. Al igual que a otros líderes durante la Gran Recesión, la situación económica puede arruinar tu mandato. En segundo lugar, su insistencia en reafirmar su perfil socialdemócrata ha tenido un coste importante entre los votantes de izquierdas. Por último, una cierta falta de liderazgo, carisma y poca capacidad de decisión también le han hecho mella.

l ¿Ha peligrado la seguridad del presidente en el «affaire»?

–Es uno de los puntos más asombrosos de esta historia. Desde los inicios de su presidencia, Hollande puso de los nervios a su servicio de seguridad porque no quería estar sobreprotegido en sus trayectos personales. Ahora, sus fotos en la Vespa pueden reforzar su imagen como un buen tipo, pero no como un alto ejecutivo.