Un soldado y una joven israelíes mueren apuñalados en Tel Aviv y Cisjordania

Mientras analistas y políticos no se ponen de acuerdo respecto a la semántica apropiada para lo que está sucediendo y se discute si la violencia debe ser calificada ya de «tercera intifada», lo claro e indudable es que en el terreno la situación continúa deteriorándose y la violencia va en aumento. Tras semanas de choques e incidentes diversos en la zona de Jerusalén oriental y dos atentados mortales en diferentes puntos de la ciudad, ayer le llegó el turno a Tel Aviv. Al mediodía, un soldado que esperaba el tren en una parada fue acuchillado dos veces por un palestino de 18 años de Nablus que se hallaba ilegalmente en territorio israelí. Los médicos intentaron salvar la vida del militar durante varias horas, pero finalmente murió. El terrorista fue detenido por la Policía mientras intentaba huir, en gran medida gracias a la intervención de dos civiles que presenciaron el ataque. Fue hospitalizado en Tel Aviv para recibir tratamiento.

Al atardecer, otro atentado, esta vez en Gush Etzion, tuvo lugar en Cisjordania, a pocos kilómetros de Jerusalén, cuando un palestino embistió con su automóvil una parada de autobús a la entrada del asentamiento Alon Shvut, intentando arrollar a tres civiles que se hallaban en el lugar. Al no lograrlo –ya que los tres pudieron a resguardarse– , el palestino salió del automóvil y acuchilló a los tres, matando a una joven de 26 años e hiriendo a las otras dos.

El atacante, alcanzado por los disparos del guardia apostado a la entrada de Alon Shvut, sufrió heridas graves y se le trasladó a un hospital israelí, donde falleció pocas horas después. Fuentes palestinas revelaron que los responsables de estos dos ataques eran jóvenes cercanos a los grupos Yihad Islámica y Hamas.

De fondo, hay un llamamiento general de Hamas desde Gaza a los palestinos para «incendiar Cisjordania con una nueva intifada». El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, convocó consultas de urgencia con el ministro de Defensa, pero no a su gabinete de seguridad en pleno. Tras conocerse la gravedad de los incidentes entre la ciudadanía árabe de Israel, la alerta fue elevada en el país. Netanyahu sugirió a los ciudadanos palestino-israelíes que desaprueben las políticas de su Gobierno que se trasladen a Gaza o Cisjordania: «A aquellos que se manifiesten contra Israel y a favor del Estado palestino, les digo algo muy sencillo: os invito a mudaros allí, no os daremos ningún problema», conminó el «premier» durante un encuentro de su formación, el partido Likud, en el Parlamento israelí.

Sus palabras reiteran el mensaje que dio a conocer el sábado la oficina del mandatario israelí cuando anunció su intención de solicitar al Ministerio de Interior que estudie revocar la ciudadanía a aquellos palestino-israelíes que «atenten» contra el país. Por su parte, el ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, durante la misma sesión en el Parlamento, retomó el tema del intercambio de territorios (colonias judías en Cisjordania por localidades árabes en Israel) como parte de una futura solución pactada para la creación de un Estado palestino. Al mismo tiempo, acusó de «terrorista» a la parlamentaria palestino-israelí Hanin Zoabi, tras afirmar que los responsables del asesinato de tres adolescentes judíos el pasado verano no eran terroristas.

Al Fatah cancela su «reaparición» en Gaza

La primera ceremonia multitudinaria de Al Fatah en la Franja de Gaza programada desde que Hamas tomó el poder en dicha zona en 2007 ha quedado cancelada. El evento iba a ser en recuerdo del otrora líder palestino Yasser Arafat en el décimo aniversario de su muerte. Según fuentes en Al Fatah, aseguraron que las recientes explosiones en casas de miembros de dicho movimiento «nos hacen temer que los servicios de seguridad no sean capaces de hacerse cargo de los arreglos necesarios durante la ceremonia».