Los Ángeles

Un temblor de 5,1 grados en Los Angeles causa pocos daños pero muchos nervios

Un temblor de 5,1 grados de magnitud en la escala de Richter, con epicentro en el sureste de Los Ángeles (California, EEUU), se saldó hoy sin grandes daños, pero con muchos nervios, debido a las cerca de 40 réplicas contabilizadas.

El Servicio Geológico Estadounidense (USGS) indicó que el temblor se produjo a las 21.09 hora local, con epicentro entre las localidades de La Habra y Brea en el condado de Orange y una profundidad de 7,5 kilómetros.

El USGS está recontando las réplicas del temblor, que alcanzan ya las 38, según su último comunicado.

"La secuencia de réplicas podría continuar durante varios días o semanas, pero probablemente tendrán menor frecuencia y magnitud a medida que pasa el tiempo", informó el USGS.

Más de una docena de réplicas tuvieron una magnitud que osciló entre los 2 y los 3,6 grados.

Pese a la continuidad de las réplicas, el Departamento de Bomberos de Los Ángeles dijo que ya no está en alerta por terremoto y aseguró que los daños registrados son de poca importancia.

"Por suerte, no se han registrado daños significativos en los 756 kilómetros de nuestra jurisdicción", afirmó en una nota.

Las autoridades locales explicaron en sus cuentas de la red social Twitter que el temblor provocó roturas de cristales y de conductos, con escapes de gas y agua.

La compañía eléctrica Southern California Edison precisó que unos 2.000 clientes se quedaron sin luz.

Las autoridades anunciaron que han dado la orden de revisar puentes, represas, vías ferroviarias y otras infraestructuras para identificar posibles daños.

Residentes del área afectada declararon a la cadena de radio local KNX-AM que vieron cómo un muro de ladrillos se desmoronaba y que se tambaleaban árboles y cables del tendido eléctrico.

Una testigo aseguró que "todas las ventanas del edificio temblaron", "todo el mundo salió a la calle y comenzaron a abrazarse unos a otros".

El temblor provocó también el cierre de la línea de trenes Metrolink, a fin de inspeccionar las vías y los vagones.

Asimismo, el parque de atracciones suspendió brevemente sus actividades como medida de precaución, mientras que la Filarmónica de Los Ángeles, por el contrario, no perdió ni una nota en pleno terremoto.

Este seísmo sigue al terremoto de 4,4 grados en la escala de Richter registrado el 17 de marzo.

Desde el 1 de mayo pasado, el USGS ha registrado en California más de 2.000 seísmos, el 99,5 % de ellos de menos de 4 grados.

Los sismólogos consideran que hay una probabilidad de un 98 por ciento de que el "Big One", un terremoto de magnitud 7,8 o superior con origen en la falla de San Andrés, afecte al sur de California en los próximos treinta años.

Las estimaciones oficiales alertan de que ese temblor causaría de forma directa 2.000 muertes y 53.000 heridos, así como el derrumbe de 1.500 edificios, incluidos rascacielos, y daños de consideración en 300.000 inmuebles.

Esas cifras podrían duplicarse en los días posteriores al seísmo por culpa de la inseguridad, los problemas en el suministro de energía, de agua y de alimentos y, sobre todo, los incendios.