Política

Nueva York

Un tribunal insta a un enfermo de VIH a dejar de infectar a sus parejas

Los médicos y enfermeros del condado de King, en Seattle, han recurrido a los tribunales para intentar detener a un hombre, identificado como A. O., que ha infectado del virus del VIH a ocho parejas sexuales en los últimos cuatro años.

La orden, emitida el pasado 4 de septiembre por la juez del Tribunal Superior del Condado, Julie Spector, insta al hombre a obedecer la orden que emitió en julio el Departamento de Salud Pública por la que se le insta a que deje de comportarse así.

Si el acusado desafía esta orden, el juez encargado del caso podría imponerle multas y penas cada vez más duras hasta llegar a la privación de la libertad.

A.O. dio positivo en las pruebas realizadas en el Centro Médico de Harborview, en la Clínica de Enfermedades de Transmisión Sexual y Salud Pública, en junio de 2008. Desde ese momento y según la documentación aportada en el proceso, le fue aconsejado que advirtiera a sus parejas sexuales sobre su situación de salud y que practicase el sexo seguro.

Sin embargo, pese a las advertencias recibidas en al menos otras cinco ocasiones, se cree que podría haber infectado a ocho personas desde 2010 y hasta junio de este año.

Los médicos han informado de que, desde entonces, ocho personas a las que se ha diagnosticado han nombrado a A. O. como el compañero sexual con el que habían tenido sexo sin protección.

Por ello, emitieron órdenes en múltiples ocasiones para que el acusado cesara su actividad y, tras esta quinta ocasión, en la que la madre ha admitido haber hecho llegar a través de la puerta de la habitación de su hijo la orden al mismo, la Agencia de Salud Pública pidió respaldo a un tribunal porque la conducta del acusado "continúa poniendo en peligro la salud pública".

El Director de Salud pública del Programa de Control de VIH y Enfermedades de Transmisión Sexual de Seattle, Matthew Golden, ha explicado que no intentan "criminalizar"el comportamiento sexual de nadie con este proceso.

"Estamos intentando proteger la salud pública y asegurarnos de que todo el mundo recibe el cuidado que necesita, incluida la persona involucrada en esto", ha añadido.

De acuerdo con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, en torno a 1,1 millones de personas en Estados Unidos conviven con el VIH y cerca de uno de cada seis no avisan a sus parejas sexuales de que están infectados.

En torno a 50.000 personas en Estados Unidos se contagian cada año, de los que, de no recibir tratamiento, evolucionan hacia el sida, que mata a mas de 15.000 residentes estadounidenses anualmente.

Golden ha asegurado que su Departamento no pretende monitorizar las decisiones tomadas por dos adultos con consentimiento pleno, incluso si la decisión es arriesgada.

"Esta es una decisión que tienes derecho a tomar en esta sociedad, la salud pública no se entromete en ello", ha asegurado. Sin embargo, ha indicado que la peculiaridad de este caso es que "no es una instancia en la que dos adultos informados y que consienten se arriesgan".

Por ley e inclinación, la primera opción para el Departamento siempre es la "menos coercitiva", ha explicado Golden. "Tenemos un trabajo que necesitamos hacer: proteger la salud pública", ha añadido. Si un paciente infectado de VIH recibe la orden de poner fin a sus actividades y es, además, "nombrada de forma repetida como la compañera sexual de gente diagnosticada con el virus", la agencia de salud pública tiene el poder de pedir que un tribunal refuerce sus órdenes.

Asimismo, el doctor se ha mostrado optimista con la evolución de los hechos y ha asegurado que considera que el paciente "va a tomar sus medicinas". "El objetivo aquí no es mandar al paciente a prisión, sino hacer que se adhiera a la orden. Soy muy optimista con que vamos a hacer progresos", ha añadido.