Terrorismo yihadista
Una guía del EI establece que los «dueños» pueden violar, pegar y vender a sus prisioneras
El Estado Islámico ha publicado una guía en la que enseña a sus seguidores a tratar a las mujeres como mercancías susceptibles de violaciones y palizas, según ha informado el Centro de Control de la Amenaza Yihadista y Terrorista (JTTM).
Los milicianos suníes han emitido una fatua que recoge “preguntas y respuestas sobre detenidas”, de acuerdo con el JTTM, en respuesta a la ola de indignación que ha provocado el uso de mujeres y niñas como esclavas sexuales.
Las instrucciones constan de un total de 27 preguntas con sus respectivas respuestas sobre las ‘Al Sabi’, que define como “mujeres del pueblo en guerra que han sido capturadas por combatientes musulmanes”.
“Lo que hace legítimo hacer prisioneras es su falta de fe. Las mujeres no creyentes pueden tenerse como prisioneras, después de que el imán las haya repartido entre nosotros”, explica el Estado Islámico.
El grupo yihadista hace hincapié en la posibilidad de tener relaciones sexuales con estas mujeres. “Si es virgen, su dueño puede tener relaciones sexuales con ella inmediatamente, pero, si no lo es, su útero debe ser purificado”, explica.
Además, aclara que “se pueden tener relaciones sexuales con prisioneras que no hayan alcanzado la pubertad, siempre y cuando estén preparadas”. Si no lo están su “dueño” debe “disfrutarla” sin tener relaciones sexuales.
El Estado Islámico señala que, en general, está prohibido mantener relaciones sexuales o cualquier otro tipo de contacto físico con la prisionera de otro hombre, a no ser que ambos hayan llegado a un acuerdo para “compartirla”.
La mujer como mercancía
Los milicianos suníes presentan a la mujer como una mercancía susceptible de comercio entre los hombres, pero establecen reglas estrictas sobre la propiedad de la prisionera y su transmisión a otros como tal.
“Es posible comprar y vender o regalar prisioneras a las esposas que se lo hayan merecido”, sostiene. Solamente impone dos impedimentos: “no se puede separar a una madre de una hija, a no ser que ya esté madura”, y “no se puede vender una mujer embarazada por su dueño”.
El Estado Islámico permite que una mujer sea “propiedad” de varios hombres, que deberán llegar a un acuerdo para “usarla”, y que un mismo hombre tenga varias prisioneras, aunque “no podrá tener relaciones sexuales con ellas a la vez”.
La fatua regula también la sucesión ‘mortis causa’. “Si un hombre muere, sus prisioneras se distribuyen como parte de herencia”, establece, aclarando que “si el padre o los hijos” del fallecido “ya han mantenido relaciones sexuales con ella” el heredero solo podrá usarla como “sirvienta”.
Palizas permitidas
El Estado Islámico aclara, además, que “es posible golpear a las prisioneras” aunque solo como medida disciplinaria. “Está prohibido pegarlas solamente con fines placenteros o de tortura”, dice. Solo prohíbe pegar en la cara.
Asimismo, contempla la posibilidad de que las mujeres huyan de sus “dueños”. “Es uno de los pecados más graves” afirma, indicando que, aunque el Corán no establece un castigo específico, “deberán ser castigadas para disuadir a otras de escapar”.
A pesar de todo ello, el grupo yihadista no está en contra de liberar prisioneras. “Mahoma dijo: ‘aquel que libera a un prisionero libera cada órgano de su cuerpo del cuerpo del infierno”, argumenta.
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