Venezuela sella el norte de su frontera con Colombia

La crisis entre Colombia y Venezuela ya no es sólo fronteriza sino diplomática. A falta de dos días para cumplirse un mes del primer cierre del puente fronterizo Simón Bolívar, el presidente venezolano Nicolás Maduro decretó la clausura de otros diez municipios fronterizos. Con ellos ya ha cerrado tres de los cuatro estados venezolanos que limitan con Colombia y sólo siguen abiertos los pasos fronterizos del estado de Amazonas, el más agreste y despoblado.

«Así no se acerca la posibilidad de solución a problemas ni al diálogo respetuoso», respondió rápidamente el presidente colombiano Juan Manuel Santos mediante Twitter. Apenas unas horas antes del nuevo cierre, el mandatario había visitado una de las regiones fronterizas y había saludado a la guardia venezolana, en un gesto simbólico que pretendía distender la crisis.

Maduro, por su parte, condicionó la salida a que Colombia ponga fin al contrabando de víveres y, sobre todo, de gasolina desde Venezuela. «Se debe establecer un acuerdo integral de combustible legal que sustituya todas estas paraeconomías que se han establecido (en la frontera)», señaló Maduro al decretar los nuevos cierres. Venezuela atraviesa una crisis económica severa debido a la devaluación del bolívar y la inflación desmedida. Desde el cierre del primer paso fronterizo, el 19 de agosto, Maduro ha culpado al contrabando colombiano de abonar el desabastecimiento que existe en Venezuela por la misma recesión. Mientras tanto, Santos le contestó ayer desde Bogotá que «sólo poniendo a trabajar en forma coordinada a nuestras autoridades vamos a poder combatir con éxito, con eficacia, el contrabando y las bandas criminales». Y reiteró su disposición para el diálogo siempre que sea productivo: «No solamente vamos a reunirnos para tomarnos una foto, darnos la mano y que todo siga igual», declaró el mandatario.

Los gobiernos de Ecuador y Uruguay están intentando mediar entre Venezuela y Colombia y el lunes que viene se reunirán los jefes de Estado de la Unasur para abordar el conflicto. Además, Caracas ha deportado ya a 1.482 colombianos y otros 20.000 han abandonado el país por miedo y se acumulan en los albergues establecidos por Colombia.