Ataque yihadista en Francia
Ya no son lobos solitarios
Grupos perfectamente organizados de terroristas ponen en jaque los controles de las Fuerzas de Seguridad.
Grupos perfectamente organizados de terroristas ponen en jaque los controles de las Fuerzas de Seguridad
–¿Cuáles son las principales dificultades con las que se encuentran las Fuerzas de Seguridad y los sistemas de Inteligencia para evitar ataques terroristas como los de París?
–Existe información que da indicios de que existe actividad terrorista por encima de lo habitual dentro de estas redes, pero el problema es que esa información no aporta datos concretos sobre qué tipo de atentado se está gestando ni contra qué objetivos, lo que impide realizar un operativo para frenarlo. Las Fuerzas de Seguridad no saben qué proteger ni contra qué individuos deben actuar para evitar el atentado. Ya pasó en el caso del 11-S. Además, cuando el objetivo de los terroristas es una aglomeración de personas, nadie puede protegerlas, porque habría que protegerlo todo.
–¿Cómo acceden a las armas personas que están bajo vigilancia? ¿Qué se les escapa a los servicios de Inteligencia?
–La llegada de armas es a través de los mercados negros. Son los que nutren también a la criminalidad común. Francia en este sentido ha reconocido que ha fracasado a la hora de controlar el acceso a armas de guerra como un AK47. Los terroristas no han tenido dificultad para acceder, sólo teniendo dinero pueden conseguir todas las armas de guerra que quieran. España no tiene ese problema, por fortuna.
–¿Estamos hablando de un nuevo tipo de terrorismo que es imposible de frenar?
–Estos ataques no son imparables, no existe el 100% de efectividad. Independientemente de que un Estado, un aparato de Inteligencia y una sociedad abierta y libre antiterrorista de alto nivel sean efectivos, es imposible ejercer el control absoluto. Hay ocasiones como en París en las que un complot es llevado a cabo por un elevado número de personas que pueden pasar desapercibidas a las agencias de seguridad. Otras veces, los implicados son viejos conocidos, es decir, se puede saber que son radicales, se les ha seguido y nunca han pasado de ese estadio. Igual que hay miles de personas que comparten esa simpatía hacia el yihadismo pero no van más allá de lo declarativo. Identificar cuándo una persona pasa de ser simpatizante a implicarse no es sencillo porque no se puede monitorizar 24 horas a un sospechoso sin delito que lo justifique.
–¿Una Patriot Act a la europea sería efectiva?
–Aunque se llevase a cabo no daría una invulnerabilidad total. Ya se puso en marcha en EE UU tras el 11-S, pero luego tuvieron lugar los ataques de Boston. El remedio infalible no existe. No hay nada infalible. Al igual que aumentar la protección sobre las mujeres no acabaría con la violencia de género.
*Profesor de la Universidad
Pablo de Olavide
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