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Cinco motivos para disfrutar de Menorca

Acabamos de inaugurar el verano y, en esta época del año, Menorca se convierte en uno de los destinos más demandados

Cinco motivos para disfrutar de Menorca
Cinco motivos para disfrutar de Menorcalarazon

Acabamos de inaugurar el verano y, en esta época del año, Menorca se convierte en uno de los destinos más demandados

Acabamos de inaugurar el verano y, en esta época del año, Menorca se convierte en uno de los destinos más demandados para pasar un fin de semana o unos largos días de vacaciones. Te proponemos cinco planes distintos para que disfrutes de esta isla de las Baleares que es Reserva de la Biosfera.

1. Alójate en un hotel con vistas

Frente al pintoresco pueblo pesquero con casitas blancas de Binibeca, el nuevo hotel Menorca Binibeca by Pierre & Vacances Premium es un complejo en simbiosis con la naturaleza y un remanso de paz. Cuenta con tres piscinas exteriores con solárium y camas balinesas; un SPA con sauna, hammam y servicio de masajes y, dos restaurantes, uno de los cuales está abierto también a los clientes que no se alojan en el hotel, con una cocina mediterránea con producto local. Con habitaciones dobles y suites hasta para cuatro personas, tiene unas inmejorables vistas a la cala de Binibeca que, en noches de luna llena y con el cielo despejado, son pura magia.

2. Pasea en barco por su litoral

En la isla hay varias empresas de alquiler de barcos y, si el tiempo lo permite, vale la pena alquilar una embarcación con o sin capitán, para ver el litoral de Menorca desde el agua y bañarse en alta mar, en algunas de sus calas más preciadas, como Macarelleta, en Porter, des Talaier, Binidalí, en Turqueta, Mitjaneta... Si puedes alargar el alquiler a un día entero, es una delicia poder comer en altamar o bajar a tierra para hacerlo en alguno de sus magníficos restaurantes a pie de playa.

3. Piérdete por el casco histórico de Ciutadella

Esta ciudad señorial está repleta de palacios, casas de nobles y terratenientes que hoy inundan sus calles de magníficos ejemplos arquitectónicos de finales del siglo XVII y el siglo XVIII. Fíjate en los detalles de influencia inglesa que verás en las fachadas de estos edificios y callejea hasta entrar en su Catedral y en su Palacio Episcopal que, aunque no esté acabado, guarda un precioso jardín interior. Camina por sus plazas del Borne y de la Esplanada, no te pierdas su Castillo de San Nicolás y pasea por su puerto, para comprar y comer en alguno de sus numerosos restaurantes de cocina mediterránea: ¡los hay para todos los gustos!

4. Disfruta de la puesta de sol

Se llama Sa Cova d’en Xoroi, está en el sur de la isla y es un espacio natural ubicado en una gruta sobre un espectacular acantilado con distintos rincones llenos de magia. La puedes visitar de día, para tomar tranquilamente el sol y un aperitivo, pero aún es más espectacular al caer la tarde. Nuestra recomendación es que, hacia las cinco y media, reserves alguna de sus zonas VIP con capacidad hasta para dieciséis personas en uno de sus miradores con unas vistas espectaculares al mar y -en días claros- a la vecina isla de Mallorca. Mientras escuchas música en vivo y tomas un cóctel, sólo tienes que dejarte embargar por el atardecer y el rumor del agua, antes de que caiga la noche y te puedas poner a bailar con el sonido envolvente de algún DJ’s.

5. Cena entre viñedos

La Bodega Binifadet es un wine cellar que comenzó a finales de los años ochenta, cuando su propietario Carlos Anglés decidió plantar unos viñedos en su casa para hacer vino para su familia y amigos. Años más tarde, la bodega se ha profesionalizado y se ha abierto al público para dar a conocer los secretos de los vinos menorquines. Hoy puedes reservar una visita para pasear entre sus viñedos, entrar en su bodega y descubrir cómo elaboran sus caldos. La bodega cuenta con una tienda, un wine bar para catar sus vinos y comer de manera informal y un acogedor restaurante con vistas a los viñedos. Por la noche, es una delicia probar su cocina mediterránea maridando con alguna de sus botellas, en una mesa bajo un porche cubierto por plantas de parra.