Gastronomía
El pago navarro como seña
Nos encanta el vino navarro, como todo lo que tiene el sello de aquello tierra. Qué difícil resulta la vida de unos tintos tan cercanos a los riojanos y con tanta ignorancia por parte de los escasos enópatas del país. Otazu es una gran bodega muy cerana a Pamplona que ha conseguido un cultivo de viñedo propio respetando el terruño y con la característica tan septentrional de ese microclima. Ahora es un vino de Pago, el tinto, creado a partir de un coupage de carbernet, tempranillo y merlot pretende un singular vino de paisaje. Las variedades son elaboradas por separado en buen roble francés y se ensamblan buscando el carácter de un vino muy fresco, pero con peso al mismo tiempo. Los toques de la crianza no opacan la buena fruta, la tipicidad y la hondura que se persiguen de un vino con un toque del otro lado de los Pirineos. Buena acidez para un vino de capa alta que resume el carácter del elaborador y la historia de un pago que tiene muchas líneas por escribir. La mineralidad como arma, el carácter envolvente en el paso en boca son algunos ingredientes de un ejemplar distinto y elegante. Vino con personalidad de una añada que gana enteros con la guarda. Un pago navarro como seña de identidad de un terruño sólo apto para iniciados en el que no caben los tópicos.
Bodegas: Señorío de Otazu.D.O.:Pago de Otazu.
Nombre:Señorío de Otazu 2008.
Precio: 17 euros.
Web:www.otazu.com.
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