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Y ahora, un restaurante contra la intolerancia alimentaria

En su cuenta de Twitter se dedicó a reírse de sí mismo
En su cuenta de Twitter se dedicó a reírse de sí mismolarazon

Alberto Sempere, el primer expulsado de «Masterchef» por su «león come gamba», piensa en abrir un espacio para gente con alergias.

El martes por la noche más de tres millones de españoles experimentamos una mezcla entre pena y vergüenza ajena con la expulsión del primer concursante de la tercera edición de «Masterchef», Alberto Sempere. Su elaboración del plato «León come gamba» hizo de dinamita, las valoraciones del jurado de mecha y el cóctel explotó en las redes sociales en dos direcciones: defensores y detractores del que ya es el momento televisivo del año. Ahora, una vez pasada la resaca de la emisión del espacio, Alberto reconoce ante los medios que seguirá cocinando e incluso que llegará a montar un restaurante especializado en comidas para clientes con alergias e intolerancias. Pero, más allá del plato, ¿quién es el benjamín de las cocinas del espacio culinario de La 1?

Alberto Sempere Tortosa nació en ontiyent (Valencia) en 1997. Es hijo del odontólogo José Alberto Sempere Gabis y puede que por su influencia, el joven decidiera estudiar Medicina. Con la llegada de la oportunidad de entrar en la facultad para cumplir su sueño que, según la ficha del espacio de TVE, es «salvar vidas o endulzarlas». Después de un intercambio estudiantil con el que aterrizó en Alemania, descubrió, gracias a una amistad, el gusto por la repostería y la cocina en general. Se fue a Valencia a compartir piso con una amiga con la que se distribuye las tareas de la casa; él evidentemente es el encargado de cocinar, aunque reconoce que tendrá que dejarlo... pero sólo porque ambos están engordando. Pronto le llegó la oportunidad de retomar su sueño y no dudó un segundo en presentarse a los casting de «Masterchef».

Como relata uno de sus jurados, Pepe Rodríguez, de El Bohío, a LA RAZÓN, «vimos al chaval desde el principio en el casting y le hicimos un seguimiento. Preparó unos pescados más o menos crudos pero los sacó adelante y nos parecía que era un tipo peculiar». Su apariencia aniñada, sus gafas y su voz, que los medios han calificado de «meliflua», hicieron que el espectador se pusiese a su favor o en su contra desde el principio, e incluso llegó a ser de los favoritos de alguno para ganar el programa. Pero llegó la primera entrega y la prueba de eliminación. «Me acerqué a preguntarle por su plato y me contó que quería sacar la fiera que le había dicho Jordi que llevaba dentro y nos presentó el ‘‘León come gamba’’ con dos pelotas», explica Pepe Rodríguez. Y es que la actitud choca con su personalidad. Él mismo se define como perfeccionista en su perfil de RTVE, hasta el punto de que en su afán obsesivo con la limpieza lleva siempre consigo un frasco con desinfectante. Después de aquel plato nada fue igual para él, ni para el jurado ni para el programa. Según Rodríguez, «lo que se ha montado nadie había pensado que podía pasar. Si esto sucede en el sexto programa me río, pero nunca esperamos esta reacción, que parece que se ha roto España». Y se desató la locura, incluso meses después de haber grabado ese programa Alberto todavía se sorprende de que le paren por la calle y se hagan fotos con él mientras en las redes sociales caras conocidas como la propia Eva González o Risto Mejide le muestran su apoyo y surgen cientos de memes (bromas de internet) relacionadas con su león patata. Pepe sigue sin querer darle mucho bombo, pero sí aclara que «no hay que hacer leña de Alberto, ni negocio y encima que él no lo oliese», aunque las marcas se le han adelantado y varias utilizan la imagen de su plato para publicitarse: hay un juego de ordenador, chapas y hasta servilletas.

Ya sólo le queda confiar en ver a sus compañeros en el programas de repesca, para el que puede que prepare una «calavera de chocolate blanco», como ha desvelado al portal Vice España. Mientras tanto seguirá su carrera para especializarse en alergología y montar un restaurante «para gente con alergias, intolerancias, diabetes, hipertensión....», la perfecta simbiosis entre cocina y medicina. No creemos que decaiga su pasión por esculpir animales (ya lo hace: peces y búhos con frutas y verduras) y acabe por patentar «León come gamba» y consiga después de todo desmelenarse delante de su público.