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Cicciolina: «Si Italia no consigue gobierno volveré a la política»
A sus 67 años, la ex actriz porno, diputada, cantante y pintora aún se atreve con una portada semidesnuda, unas fotos sin retocar de las que presume.
A sus 67 años, la ex actriz porno, diputada, cantante y pintora aún se atreve con una portada semidesnuda, unas fotos sin retocar de las que presume.
Illona Staller, Cicciolina, llega al almuerzo vestida de sirena azul con su corona de flores y unos zapatos que la elevan del suelo 18 centímetros. La comida es privadísima, apenas somos doce invitados, organizada en Madrid por la revista «L’Officiel» en honor a su estrella de portada «sin photoshop», como recalca la propia Cicciolina. La actriz porno, diputada, cantante y ahora pintora, entra en la salita con una copa de champán y sin más preámbulos la alza para hacer su brindis particular: «Salud, amor y sexo», chin, chin. Quiere saludar a todo el mundo, pero antes arregla, vía teléfono móvil, un problema de logística de su hijo Ludwig Koons, ese niño al que medio mundo vió de recién nacido cómo lo amamantaba su madre en su escaño de diputada del Partido Radical en el hemiciclo italiano, como una fábula feminista y conciliadora de Rómulo y Remo en la mismísima Roma.
Treinta años después, Carolina Bescansa haría lo mismo en el parlamento español, «¿Ah, sí?», se sorprende Cicciolina, «pues no la conozco, ni a ella ni a Podemos». La simpatiquísima húngara nacionalizada italiana pide bonito con verduras, bebe vino tinto y, al acabar, saca su espejo rosa y se pinta los labios. Está tan encantada con su pecho –con el trasero, menos–, que en cuanto se le menciona no duda en bajarse el vestido y enseñarlos, «¿Qué te parecen?», me pregunta. Yo, por si acaso, no entro en detalles.
–A sus 67 años aún se atreve con una portada semidesnuda...
–Para mí la edad biológica no cuenta porque es la que uno decide, y tengo que decir que esa portada de «L’ Officiel» no es una foto retocada. Cero retocada, así soy yo. Me cuido, voy al gimnasio, corro sobre la cinta y hago mucha gimnasia. Vivo una vida sana, como muy bien, no me drogo, bebo vino rosado o tinto, y, de vez en cuando, una cerveza Mahou. Y me encanta dormir porque ayuda al cuerpo a regenerarse y es fundamental para una vida sana.
–Tiene el pecho más conocido del mundo, tanto, que es una obra de arte cotizadísima.
–Es una obra de arte y tiene que ser muy bello porque es de una medida sexta, que equivale a una 105. Estoy orgullosa de mis pechos porque tienen una medida muy buena, adecuada a mi cuerpo y a mi figura.
–¿No es muy incómodo tener tanto?
–No, porque no es grandísimo, grandísimo... Yo creo que es de una medida justa.
–¿Qué está haciendo su partido DNA (Democrazia, Nature y Amor) en la convulsa situación política italiana?
–Si el partido Cinco Estrellas no consigue llegara un acuerdo con nadie y en seis meses vamos a elecciones, volveré con el mío y me presentaré como presidenta. Tengo seguidores que me apoyarán.
–Usted es un icono que levanta pasiones.
–Gracias, tengo seguidores muy cariñosos. Somos Cicciolina y los «cicciolinis».
–¿Va vestida así por la calle, de sirena con lentejuelas, flores en la cabeza y mochilas de peluche?
–Sigo teniendo peluches porque me gustan, pero cuando voy por Roma de compras me visto con vaqueros, camiseta y coleta. Solo voy así para los eventos.
–¿Los hombres la piropean por la calle?
–Me paran muchísimo. Me gusta esa parte sexual y sensual de los hombres.
–¿Con el sexo y la sensualidad se consiguen más avances políticos? Lo digo por su ofrecimiento en el pasado a Bin Landen o Sadam Hussein.
–La política y el sexo son dos cosas en verdad muy diferentes y no se pueden comparar. Nunca he utilizado el sexo para llegar a algo en política y tampoco cuando era diputada. El mensaje que les hice llegar a Sadam y a Bin Laden era diferente, les decía «paz, amor y no guerra», me ofrecí a ellos a cambio de paz.
–¿Y ahora a quién se ofrece a cambio de paz?
–Al dirigente de Corea. Si deja el armamento nuclear yo me ofrezco a Kim Jong-Un.
–A propósito del movimiento «MeToo», ¿alguna vez la han acosado?
–Sí, pero no en el ambiente artístico, sino cuando era más pequeña. Cuando era adolescente sí sufrí acoso.
Terminamos con el espinoso tema del ex marido, la estrella del arte contemporáneo Jeff Koons. Sus perros globo y colchonetas pop alcanzan cifras galácticas en las subastas de arte. Hace años, Cicciolina sufrió un robo en su casa y, al parecer, se quedó sin obras de ese pasado artístico en común con Koons. Ella no se trata con él y más después de los costosos pleitos que se pusieron en su momento por la custodia de Ludwig. Sin embargo, el hijo sí tiene con el padre «un trato normal». El almuerzo termina con un anuncio, la participación después del verano de Cicciolina en un «reality» de televisión, del tipo de «Supervivientes» que tendrá lugar en Johanesburgo: «Creo que hará un poco de frío, pero no voy a taparme mucho».
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