Doña Letizia
Confunden a una periodista de LA RAZÓN con la estilista de Doña Letizia en la recepción de la Fiesta Nacional
Ainhoa Martínez, redactora de política del diario, fue identificada por varios medios de la prensa del corazón con Eva Fernández. Con eso y con todo, nuestra compañera aprobó con muy buena nota el examen al que fue sometida de forma involuntaria
Ainhoa Martínez, redactora de política del diario, fue identificada por varios medios de la prensa del corazón con Eva Fernández.
No sabemos qué pensará Eva Fernández, la estilista de la Reina, de los comentarios que han hecho los compañeros de la prensa «rosa» sobre su estilismo durante la recepción en el Palacio Real el día de la Fiesta Nacional. Lo que sí sabemos es lo que piensa nuestra compañera Ainhoa Martínez, que se encarga de la información política en LA RAZÓN, a quien muchos medios confundieron con la citada Eva Fernández y así la identificaron en sus fotografías.
Y es que las revistas «Hola», «Semana» o «Vanity Fair» pusieron sus ojos en nuestra compañera, que poco podía imaginar que, entre los más de 1.500 invitados presentes en el acto, iba a atraer tantas miradas e iba a ser sometida a tan escrupuloso escrutinio.
“A muchos pasó inadvertida su presencia, o al menos no se la identificó con su rostro y nombre. Pero estaba. Eso sí, con un ligero cambio de imagen respecto a la última vez que se la vio”, escribía “Semana”. Pues sí que ha habido cambio de imagen, sí, y no lígero. Como que no era ella.
Con eso y con todo, cabe decir que aprobó el involuntario examen con muy buena nota ya que la mayoría de los comentarios sobre su “look” fueron positivos: su vestido “de inspiración ‘working’ a la rodilla, en gris jaspeado, con cuello a la caja y drapeados”, según «Hola», comprado en Mango confiesa la propia Ainhoa, recibió el visto bueno hasta el punto de que, aseguraron, “se vistió de Letizia”.
También «Vanity Fair» dio su visto bueno a nuestra compañera periodista. “Ha elegido el gris, un color muy adecuado para las recepciones matinales. Los drapeados estratégicamente distribuidos, no solo favorecen si no que convierten un look normal en algo excepcional. La sobriedad de este vestido sin mangas, nos gusta entre tantos tafetanes y bordados. El único “pero” es ese bolso demasiado grande para la ocasión”.
Hemos de decir que este último comentario sobre el bolso es el que más ha dolido a Ainhoa que, lejos de pretender atraer los objetivos de las cámaras, había acudido a Palacio a hacer su trabajo, “armada” con su portátil, su cuaderno de notas... incompatibles con un “clutch”.
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