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Doña Sofía: La misma abuela para todos sus nietos

Doña Sofía: La misma abuela para todos sus nietos
Doña Sofía: La misma abuela para todos sus nietoslarazon

Años antes de que sus hijos se casaran, la Reina Sofía ya comentaba a veces de manera informal con algunos de los periodistas habituales que la acompañábamos en los viajes que estaba deseando que las Infantas Elena y Cristina y el Príncipe Felipe la hicieran abuela. Ella decía que una casa familiar no estaba completa si no había niños corriendo y alborotando, y, en su caso, como sus hijos ya se habían hecho mayores, lo que hacía falta era que, cuanto antes, llegaran los nietos.Cuando la Infanta Elena hizo público su embarazo y la Reina se enteró de que iba a ser abuela por primera vez se mostró encantada y no disimuló su alegría. Felipe fue el primero de los ocho nietos que tiene y que fueron llegando de forma escalonada desde 1998, año en que nació Felipe Juan Froilán –Pipe, para sus padres y familiares, y Froilán para el resto– hasta 2007, cuando nació la Infanta Sofía. El grupo de chicos y chicas fue creciendo a lo largo de esos nueve años para satisfacción de su abuela.

Más tiempo con ellos

Desde entonces, la Reina ha ido prodigando con ellos grandes dosis de cariño, les ha dedicado muchas horas de su tiempo, algo que nunca les escatima, a pesar de sus múltiples obligaciones institucionales. Ha disfrutado con ellos, los ha llevado al circo, al cine, a ver llegar las tortugas para desovar en la isla balear de Cabrera, a la Escuela de Vela de Calanova, en Palma de Mallorca, para que hicieran sus primeros pinitos en el aprendizaje del manejo de las embarcaciones que les permita navegar en el futuro.

Ha sido una superabuela para Felipe, el nieto primogénito rebelde, y Victoria, la tímida y dulce hija de Doña Elena; para los cuatro chicos Urdangarín Borbón, Juan, Pablo, Miguel e Irene, que han vivido una infancia complicada debido a los problemas judiciales de su padre, y para las dos niñas de los actuales Reyes, Leonor y Sofía, con las que le hubiera gustado disfrutar más tiempo de su compañía.

La Reina es y ha sido siempre una abuela que se ha volcado con sus nietos, que son para cualquiera el postre que ofrece la existencia para que lo degustes y disfrutes cuando se acerca el final. Como todos los que han alcanzado el privilegio de tener nietos, Doña Sofía ha jugado mucho con ellos de pequeños, ha pintado y dibujado en su compañía. También ha competido con los chicos y las chicas de su familia sobre el tablero de entretenimientos tan tradicionales como la oca o el parchís, pero, sin embargo, no ha querido enseñarles juegos de cartas porque ella tampoco los aprendió en su infancia. Cuando los nietos se han hecho mayores le ha gustado practicar con ellos el ajedrez, que hace que la mente trabaje. Su nieto Felipe –según confesó la Reina en una biografía escrita por la autora de este artículo– juega muy bien al ajedrez y su abuela, entre orgullosa y un poco picada, confesaba que «a veces, me ganaba».

Doña Sofía da mimos a sus nietos, por supuesto, les regala a veces caramelos de anís que lleva en su bolso, y les hace regalos que sabe les van a gustar más que los que les regalen sus padres o sus amigos. Y, por cierto, lo de regalar caramelos ha tenido que dejar de hacerlo con las hijas de Don Felipe y Doña Letizia porque la Reina actual no permite que la Princesa Leonor y la Infanta Sofía tomen chuches, ya que considera que el azúcar es una sustancia que hay que evitar en las despensas familiares.

Lo que a Doña Sofía no le gusta nada es ceder a los caprichos de sus nietos, que, a veces, como otros tantos niños, piden con insistencia. Ella, que recibió una educación bastante estricta basada en la responsabilidad, siempre ha considerado que no se les debe decir siempre que sí porque eso les puede convertir en niños caprichosos que protestan al momento si no se les da lo que quieren. Y a ella ese tipo de críos no le gustan nada, por lo que nunca ha propiciado que alguno de sus nietos se convierta en uno de ellos.

Historias de familia

Como no podía ser de otra manera, la Reina ha disfrutado leyendo cuentos a sus ocho nietos. Relatos tradicionales, cuentos de Grimm o Hans Christian Andersen, historias de los personajes popularizados por la factoría Disney que también formaron parte de su infancia. Pero, curiosamente, lo que más le ha gustado cuando sus nietos se han ido haciendo mayores ha sido contarles historias de su propia familia, de sus antepasados, que también lo son de los chicos. En definitiva, eran historias de reyes, príncipes y princesas al igual que las que relatan los cuentos infantiles. Dentro de ellos, según el testimonio de la propia Reina, el personaje favorito de la narración era el rey Pablo de Grecia, padre adorado de Doña Sofía. Para ella, era una forma de introducir el interés y despertar la curiosidad en sus nietos por la historia de su propia familia.

El escenario preferido para que Doña Sofía disfrute con sus nietos es el Palacio de Marivent, en Mallorca. Allí acuden cada año los hijos de la Infanta Elena y la Infanta Cristina para pasar unos días con su abuela. La pena para ell es que a ese encuentro familiar no acuden sus nietas Leonor y Sofía, que suelen llegar más tarde a la isla durante el verano y apenas tienen contacto con el resto de sus primos. Así lo decide, por razones desconocidas, su madre.