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Esther Doña: Ya puede ostentar el título de marquesa
Tras su boda secreta con Carlos Falcó el pasado fin de semana en su finca, que sorprendió incluso a los familiares de la pareja, mantendrá dicha jerarquía incluso si se divorciaran o se quedara viuda
Tras su boda secreta con Carlos Falcó el pasado fin de semana en su finca, que sorprendió incluso a los familiares de la pareja, mantendrá dicha jerarquía incluso si se divorciaran o se quedara viuda.
Se conocieron a mediados de 2015 en la vinoteca Dom Vinos, en Málaga, en una cena organizada por Antonio Fernández, dueño del establecimiento y primo de Esther Doña. Dos años más tarde y tras su matrimonio civil con Carlos Falcó, Doña se ha convertido en la nueva marquesa de Griñón y de Castel-Moncayo y, por este segundo título, en Grande de España. Al igual que cuando se registraron como pareja de hecho, el enlace tomó por sorpresa incluso a sus familiares, que ni estuvieron invitados ni se enteraron si quiera de que se casaban. Tamara, hija del marqués y de Isabel Preysler, solo dijo a este diario que les desea «que sean felices», pero prefirió no comentar nada más. Duarte, otro de los cinco hijos de Falcó y con el que la pareja tiene más relación también prefirió guardar silencio al respecto. Sin embargo, cuando se hizo público su noviazgo a principios del año pasado el joven –hijo de la última ex del marqués, Fátima de la Cierva– sí comentó que «estoy muy unido a mi padre y me llevo muy bien con él. Y con Esther pasa lo mismo. Incluso me ha dicho: “Si alguna vez me separo de tu padre, me gustaría seguir viéndote”. Si ella fuera una persona horrible yo se lo habría dicho a él». Recientemente se les ha visto juntos en la presentación del libro de Falcó y el día antes de su boda, el viernes 21, acudieron al Teatro Real a ver la última representación de «Madame Butterfly».
Aunque la boda haya sido una sorpresa, lo cierto es que desde hace meses ambos venían anunciando que se casarían. En la última entrevista que la nueva marquesa concedió a LA RAZÓN en abril afirmó que «nos han llamado amigos para decirnos que no habían recibido la invitación a nuestra boda, pero es que aún no tenemos fecha. Ambos estamos separados y queremos casarnos, aunque todavía no sabemos cuándo y, desde luego, no será antes del verano». El propio Falcó había aseverado el pasado diciembre que el enlace «será alguna de estas Navidades». Al parecer, cambiaron de opinión y lo han adelantado unos meses. Aquellos amigos se quedaron sin recibir invitación –en la ceremonia únicamente estuvieron presentes el abogado de Falcó y su esposa– y la pareja tampoco cumplió otra de las «promesas» que había hecho Doña, la de casarse con un traje de Rosa Clará, de la que es amiga desde hace años. De hecho, ha habido tanto secretismo que no se sabe todavía qué lució el día de la ceremonia civil, que fue oficiada por el alcalde de Aldea del Fresno, Guillermo Celeiro, en el palacio El Rincón, la finca donde la pareja pasa mucho tiempo.
Aunque inscribirse como pareja de hecho fue una manera de formalizar su relación, ahora Falcó y Doña han querido dar un paso más, que en términos prácticos tiene una consecuencia importante: ella ya es formalmente marquesa y Grande de España. Siendo pareja de hecho (y no de derecho) no podía ostentar los títulos porque la Diputación de la Grandeza no la reconocía como consorte, por lo que hasta el mismo día de la boda con Esther Doña su anterior mujer, Fátima de la Cierva, podría haber hecho uso de los títulos si hubiera querido. Ahora, en cambio, Doña es oficialmente marquesa consorte y podrá ostentarlos incluso si se divorciaran, mientras ninguno vuelva a casarse, o si se quedara viuda, igualmente si es que no se une civil o religiosamente a otra pareja. Aunque el marqués de Griñón es muy religioso, resulta improbable que se casen por la Iglesia, ya que él aún no ha obtenido la nulidad eclesiástica (que ya pidió una vez para casarse en ceremonia religiosa con Isabel Preysler después de su separación de Jeannine Girod, la madre de sus dos hijos mayores). La abogada especialista en divorcios Ana Gómez Abril ha explicado a este diario que «conseguir la nulidad es muy complicado y tarda bastante tiempo porque depende de la Iglesia y hay que pasar por una larga jerarquía de representantes. De hecho, la mayoría de la gente desiste en mitad del proceso. Supone, además, exponer tu vida privada al escrutinio de la Iglesia».
Esther Doña y Falcó pasan la mayor parte del tiempo entre las dos fincas que poseen, la Malpica del Tajo (Toledo) y la de Aldea del Fresno, donde se casaron y donde ella está empadronada, aunque también es común verles en eventos y actos tanto de moda como de la jet madrileña. Pero la ex modelo malagueña es amante del campo, por lo que se encuentra perfectamente a gusto en ambas casas. A la vuelta de su luna de miel por África previsi-
blemente continuarán llevando esa misma vida apacible que tan bien le sienta al marqués.
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