La gran it-family griega

El pequeño Arístides de Grecia espera tumbado boca arriba y con los pies bien anclados en el sofá a que su madre, Marie Chantal, termine la tarde de compras. Afortunadamente cuenta para lidiar con la ardua tarea infantil con cómodos canapés de diseño en cada parada: primero en la tienda de Givenchy de Londres y después en la de Louboutin. Ya está acostumbrado a recorrer las millas de oro de Nueva York, París y la capital de Reino Unido junto a sus otros cuatro hermanos para acompañar a Chantal de escaparate en escaparate. Incluso a ir a museos de firmas como Louis Vuitton. Ya sea porque lo llevan en la sangre o porque lo han mamado desde la cuna, los familiares de Doña Sofía, siempre impecables, activos, cariñosos, guapos, sofisticados, ricos y, en apariencia, felices, parecen sacados de un anuncio de los años 50.

Recién cumplidos los veinte años de matrimonio (el aniversario fue el 1 de julio), Marie Chantal confirma en cada ocasión que le brindan las redes sociales que sigue loca por su marido. Como una «celebrity» más, la princesa consorte profesa en Instagram tanto su amor a Pablo (continuas alusiones a su «guapo», «cariñoso» y «maravilloso» esposo) como el orgullo que siente por sus cinco hijos. También revela en cada fotografía la buena vida que vive la familia. Aunque sin ostentaciones, el día a día de los «royals» griegos pone los dientes largos a casi cualquiera.

Pablo, Marie, y sus cinco vástagos (Olimpia, de 19 años, Constantino, de 16, Aquiles, de 15, Ulises de 10, y Arístides, de 7 años) residen en Londres, en una casa del s. XVIII de Cheyne Walk, en el barrio de Chelsea, uno de los más exclusivos de la ciudad. La casa incluye dos cocinas (una de ellas la utiliza exclusivamente el chef cuando hay invitados), un precioso jardín, un cine, sala de juegos e imponentes dormitorios. La familia es inquieta y son frecuentes sus escapadas al extranjero. Desde junio de 2014 han viajado a Orlando, Nueva York, Hong Kong, Grecia, Dinamarca, Los Ángeles, yParís, sin olvidar sus dos lugares fetiche: las Bahamas para las vacaciones estivales y Gstaad, en Suiza, para las de invierno. Este último paraje, además, debe rescatar gratos recuerdos a los cabeza de familia, pues fue en esta estación donde Pablo le pidió matrimonio a Marie Chantal en un telesilla. Los desplazamientos se hacen en primera clase cuando surcan los cielos, aunque a veces la nuera de Constantino también lo ha hecho en el jet privado de su amigo el diseñador Valentino. Cuando hay que navegar por las islas griegas lo hacen en un yate, aunque, para sorpresa de los usuarios de Uber, la familia también se ha atrevido a utilizar este servicio durante una de sus estancias en la Gran Manzana. Hay que estar a la última, incluso en experiencias.

w una fAMILIA muy cariñosa

Aunque los cuatro chicos ya apuntan maneras y parece que romperán corazones a su paso, la atención se centra sobre todo en su hermana Olimpia. La joven ha ocupado portadas y reportajes en revistas de moda como «Teen Vogue» y «W», y es frecuente verla en el «front row» de la semana de la moda parisina o en las fiestas que organiza «Vanity Fair». Tiene el ojo puesto en este sector y ya ha hecho prácticas en el «coutour» de Dior: «Soy disléxica, así que siempre he tendido más hacia la creatividad y hacia lo visual», explicaba a la revista «Tatler». Junto a su madre, es una de las fijas en los eventos relacionados con la moda, un mundo al que Chantal siempre ha estado ligada. De hecho, la firma de ropa infantil que dirige desde hace 15 años, «Marie Chantal LLC», va viento en popa y cuenta con seguidoras tan conocidas como Victoria Beckham, Kim Kardashian y Victoria de Suecia, que visten a sus hijas con diseños de la mujer de Pablo de Grecia.

De fiesta en fiesta, Ascot incluido, el álbum social familiar está ocupado por personajes de toda índole: desde Mario Testino y Suzy Menkes a Sofía Bergara, Bradley Cooper y Gwyneth Paltrow. Y para desconectar del ajetreado ritmo de la ciudad y ensuciar pulcramente la imagen, a Marie y Pablo les gusta pasar las tardes en Gloucestershire a lomos de Mac y Pinkerton, sus caballos. Para los más pequeños, los placeres son más sencillos y en sus tardes de juegos no faltan los Lego y las largas sesiones frente a la Play Station. Aquiles, más mayor, prefiere descargar tensiones con dos de sus pasiones: practicar su puntería con armas de caza y con el arco. Y como adolescente que es, las noches de desfase con los amigos y los macrofestivales de música electrónica no faltan, distracciones que muestra sin tapujos en las redes sociales. Sin embargo, más allá de estos detalles que pudieran parecer superficiales, la familia está muy unida y se intercambian continuos mensajes de cariño en sus perfiles. Son tan pluscuamperfectos que la admiración podría tornarse en manía.