La otra «Champions» de Cristiano Ronaldo

«Está enamoradísimo», dicen sus compañeros del Real Madrid, que ya tratan a Georgina Rodríguez, la novia de Cristiano Ronaldo (CR7), como una WAG («wifes and girlfriends»; mujeres y novias) más.

«Está enamoradísimo», dicen sus compañeros del Real Madrid, que ya tratan a Georgina Rodríguez, la novia de Cristiano Ronaldo (CR7), como una WAG («wifes and girlfriends»; mujeres y novias) más. Hace sólo seis meses que la conocen, pero su presencia en el Bernabéu es una constante en la zona VIP familiar de los jugadores, sala a la que bajan tras los partidos para esperar a que los futbolistas salgan del vestuario. Las dos últimas veces, por ejemplo, Georgina acudió junto al hijo del delantero, Cristiano Jr., el hermano de éste, Hugo, que también le hace las veces de ayudante personal, y Ricki (Ricardo Regufe), el mejor amigo de CR7 y su confidente, además de responsable de «marketing» para la división de Nike en Portugal.

En el club de Chamartín están impresionados amte lo rápido que el portugués quema etapas en su noviazgo, algo que jamás habían vivido con Irina Shayk. La clave es que Giorgina se ha ganado el beneplácito de su suegra, doña Dolores, la «mujer más importante en la vida de Cristiano», como siempre ha dicho éste. El luso la admira, la entereza con la que la matriarca afrontó las penurias económicas familiares, los sinsabores de un marido con problemas con el alcohol y la dedicación y educación que le ha dado a sus tres hijos pese a todo. En un tiempo récord, Georgina pasó a formar parte del reducido grupo de amigos y del ámbito familiar de CR7. La relación, aunque su entorno asegura que comenzó a finales de verano, se conoció apenas en noviembre, cuando a la modelo y bailarina se le puso nombre al ser pillados en actitud cariñosa en Disneyland París, viaje al que fueron junto a otras dos parejas: Ricki y su novia Claudia Diniz y Miguel Paixao, compañero del madridista en los juveniles del Sporting de Lisboa, con su pareja, Nana Amado, y tras una cena de ambos en un restaurante japonés en Madrid. Ya en enero, posó junto al futbolista, su madre, su hijo y sus dos hermanas en la entrega del premio «The Best FIFA». A partir de ahí, ha acompañado a Cristiano en cada uno de los actos publicitarios del jugador –en la inauguración del segundo gimnasio de la cadena «CR7 Crunch Fitness, el pasado marzo–, también en los del Real Madrid, amén de sus momentos de ocio íntimos en pareja.

► Una prueba de amor

Pero quizá la mayor prueba de amor que ha demostrado Cristiano en estos pocos meses de relación ha sido la de publicar en sus redes sociales una imagen de ambos en el sofá de su casa, abrazados y con un simple corazón como leyenda del momento. La fotografía es de hace una semana y demuestra que Georgina ha conseguido en menos de un año lo que a Irina Shayk le costó dos. Aunque lo más significativo de la publicación, y que ha desatado los rumores de embarazo, es la tripita de la modelo y cómo Cristiano la rodea con su brazo y ambos posan sus manos superpuestas sobre el vientre de la joven.

Es sabido que, pese al evidente cambio de actitud con su pareja, Cristiano es muy celoso de su intimidad. No se fía de nadie por lo que se pueda filtrar. Quizá por eso, Georgina colgó el jueves un Instagram Stories (vídeo corto que desaparece a las 24 horas de su publicación) en el que se grababa de tal forma que no aparentaba la barriga que se aprecia tanto en la publicación de Cristiano como en las imágenes que las revistas «Caras» y «Chi» han publicado, captadas durante la reciente escapada de la pareja a Córcega. Sin embargo, y pese a la reticencia del portugués a hacerlo público, miembros del club madridista y el entorno del jugador han manifestado a LA RAZÓN que «dan por hecho que Georgina está embarazada».

De ella dicen que es una «niña encantadora, nada tonta, discreta y que habla muy bien inglés». Georgina tiene 22 años, diez menos que Cristiano, y es para Ronaldo la mujer ideal, la idónea para ser esposa y madre de un futbolista y que es, además, del agrado de doña Dolores como nunca lo fue Irina, por lo que sus compañeros piensan que la relación está muy cerca del altar. Tanto, que creen que podrían darse el «sí quiero» en breve, en julio, tras la disputa de la Copa Confederaciones, para la que ha sido convocado con su selección, junto a su compañero Pepe.

► La mujer ideal

Son muchos los puntos de unión que tienen Cristiano y Georgina que han facilitado a ésta la rápida adaptación a la familia y a ejercer como madre de Cristiano Jr.. Pese a su juventud, el trato con los niños no le es ajeno, ya que trabajó de «au pair» en Bristol, donde se encargaba del cuidado de gemelos, y es durante esa etapa en la que su inglés mejoró a marchas aceleradas. Además, ella entiende de este deporte, le gusta y comparte la forma de vida de un futbolista. No en vano, su padre lo era. Jorge Rodríguez jugó en el Racing Avellaneda argentino y, más tarde, en España, donde se le conocía por el apodo de «Menotti». En 1984 se traslada a Jaca para fichar por el Club Jacetano, de Primera Regional. Al año siguiente entrenó al primer equipo durante una temporada y entre 2006 y 2007 regresó como asistente técnico.

Ella, más que Irina Shayk, top model y, por tanto, de viaje gran parte del año, sabe que los futbolistas y entrenadores, que lo hacen constantemente, lo que quieren es contar con su mujer e hijos cuando están en casa, algo que no era fácil que ocurriera con Irina, casi tan famosa y mediática como su novio. Ausencias y popularidad que no eran del agrado de Dolores Aveiro. Eso no es lo que ella quería para su hijo. Georgina, por ahora, salvo los trabajos que le salgan en adelante por la agencia de modelos que recientemente la ha fichado, vive por y para Cristiano.

Asimismo, la pareja tienen formas de ser muy parecidas. Ambos son discretos en exceso y hedonistas. Sabido es el culto al cuerpo que profesa Cristiano para destacar en su profesión, y ella lo comparte. De hecho, en la mayoría de las publicaciones de Georgina en las redes sociales se la ve haciendo deporte: bikram yoga, danza o compartiendo trucos de belleza. Poco más, porque ni siquiera ha compartido vivencias con Cristiano en sus redes sociales hasta que él mismo ha decidido que ya era el momento. Porque está «enamoradísimo», «embarazado» y muy cerca del altar.