Toros
La rebeldía de Morante
El diestro sevillano, mientras paseaba por las calles de Ronda, se topó con una manifestación antitaurina y se quedó a escuchar sus proclamas
«Yo soy torero y no soy un asesino», con este mensaje, claro y conciso, José Antonio «Morante de la Puebla» defendió ayer su profesión ante los antitaurinos en la localidad malagueña de Ronda. Figura del toreo, excéntrico por naturaleza y como si no hubiera formado parte de la importante tarde vivida en la tradicional corrida goyesca de la localidad, el diestro paseaba con absoluta tranquilidad por la plaza de la Merced rondeña cuando avistó en el horizonte a un ya más que esperado grupo de antitaurinos. Coincidencia o no, el sevillano se detuvo a escuchar las proclamas que los colectivos animalistas lanzaron en un manifiesto. Los periodistas allí presentes para cubrir la concentración inmediatamente buscaron las declaraciones del torero en referencia a los manifestantes, a lo que Morante de la Puebla les contestó: «Ellos viven de las subvenciones y éste es su trabajo; es un movimiento orquestado y les dan dinero para que protesten, salvo a alguno».
Estas fechas marcadas en el calendario hacen de Ronda el epicentro mundial de la tauromaquia. «Me parece una provocación que vengan a una tierra tan llena de misterio, de belleza y tan marcada por la tauromaquia como es Ronda», así quiso recalcarlo el torero. Asimismo, recordó que «hay muchos poetas, intelectuales y gente con sensibilidad que se han preocupado del mundo del toro». José Antonio insistió , en sus declaraciones a los medios, en que el significado de la tauromaquia es una mezcla entre la cultura y el arte: «Los toros son la poesía de España, los toros son un bien cultural y el toreo es un acto de heroísmo. Quedan muy pocas creaciones artísticas donde uno exponga su vida, como se hace en la tauromaquia», puntualizó el torero de La Puebla.
Muchos de los aficionados y antitaurinos presentes en la plaza de La Merced quedaron sorprendidos con la actitud pacífica y tranquila del de La Puebla, tanto es así que el diestro apareció con gafas de sol y comiendo pipas y, tras escuchar gritos tan comunes en sus concentraciones como «la tortura no es cultura», se fue directo a explicarles que él no es un asesino y que la práctica de la tauromaquia no está reñida con el amor hacia los animales ni el odio hacia los antitaurinos: «Es verdad que comprendo a aquel que no entienda el toreo. A mí me encantan los animales, en mi casa tengo muchos, pero el toro bravo nace para eso y tiene la oportunidad de vivir en un ambiente increíble, nunca conocido por otro animal», afirmó.
No es el primer suceso que el diestro ha protagonizado junto a los detractores de la Fiesta. El mes pasado sufrió los ataques del activista antitaurino conocido como Peter Janssen en Mallorca y en Marbella cuando éste intentó agredirle y, menos mal, todo quedó en graves insultos como «asesino», «hijo de puta» o «maltratador de animales». Ante esto, Morante interpuso una demanda y se encuentra a la espera de que se celebre un acto de conciliación derivado de la demanda interpuesta, previsto para finales de este mes.
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