Moda
Leo Rico: «Velencoso es el dios de la seducción»
Este modelo y bombero no se atrevería a sofocar las llamas de la política española, pero nunca renunciaría a su profesión, a pesar de ser uno de los modelos de publicidad más codiciados.
Este modelo y bombero no se atrevería a sofocar las llamas de la política española, pero nunca renunciaría a su profesión, a pesar de ser uno de los modelos de publicidad más codiciados.
Acaba de terminar una sesión de fotos, se abrocha la camisa negra y pone su mejor sonrisa. No le cuesta, está acostumbrado. Su cercanía y amabilidad demuestran que la fama todavía no se le ha subido a la cabeza y a pesar de ser uno de los modelos emergentes que más fuerte pisan en España. El cuerpo escultural de Leo Rico ha protagonizado la portada de varias revistas y en la publicidad se lo rifan; de hecho, ahora es imagen del nuevo barbero todoterreno de Babylissmen. Pero él sigue con los pies en la tierra y mira con distancia el éxito. Es más, ha rechazado una suculenta oferta para dejar su profesión, la de bombero, para dedicarse a tiempo completo al modelaje. No se ve capacitado para apagar los fuegos políticos abiertos en terreno nacional y como catalán ve con preocupación la situación que vive su comunidad.
–Los calendarios de bomberos luciendo tipo ya se han convertido en un clásico, pero usted apuntó más alto. ¿Cómo fue su entrada en el mundo de la moda y la publicidad?
–Llegué por casualidad. Al entrar en el cuerpo de bomberos, un modelo sueco muy famoso me empujó a probar en la moda. Empecé haciendo catálogos de deporte y de ahí surgieron las ofertas para publicidad, reportajes... Ahora no paro, pero intento mantener el equilibrio y no he dejado de lado mi profesión como bombero.
–¿Los del siglo XXI son todos de catálogo?
–Es cierto que la fama del bombero modelo siempre ha existido y seguirá siéndolo porque sigue habiendo un reclamo. Pero más que un culto exagerado al cuerpo, lo que ocurre es una necesidad. En nuestro trabajo se necesita fuerza física, lo cual conlleva tener un cuerpo estilizado. Pero el objetivo es la fuerza, no la moda.
–¿Dónde se siente más cómodo: delante de una cámara o apagando fuegos?
–Me siento cómodo en ambas. Eso sí, recuerdo la primera vez que tuve que posar delante de una, estaba muy nervioso porque no sabía si lo haría bien. Es lógico, te estás descubriendo y es algo a lo que no estás acostumbrado. Luego, con el paso del tiempo aprendes a saber lo que se te da bien y en lo que fallas para mejorarlo. También es cierto que los nervios nunca se van al 100%.
–En la mayor parte de sus reportajes sale ligero de ropa. ¿Siente pudor cuando se desnuda ante la cámara?
–Si tienes seguridad en ti mismo, no te importa desnudarte delante de nadie. Hay muchas sesiones al aire libre, en la playa o en la calle donde hay personas mirando, o incluso el propio equipo de trabajo. La clave es tomártelo con toda la naturalidad del mundo y estar tranquilo.
–¿De qué parte de su cuerpo está más orgulloso y cuál oculta al objetivo?
–Mi punto fuerte es el pelo, me gusta y dicen que es muy moldeable, se puede hacer muchas cosas con él. Lo que menos me gustan son mis pies. Odio las fotos en las que me los sacan. Nadie es perfecto y yo tengo muchas imperfecciones. Por eso, ante las cámaras, me las conozco e intento corregirlas.
–¿Lo suyo es genética o mucho entrenamiento?
–No me cuido demasiado, es algo peculiar, porque mis amigos siempre me lo dicen: «Bombero y modelo, tendrás que estar todo el día en forma». Y para nada. Es más, la mayoría de mis amigos que trabajan en ninguna de estas profesiones se cuidan más que yo. Evidentemente me miro al espejo para no salir desaliñado, pero poco más; bueno, algo de cremas. Realmente soy muy campechano.
–¿Cuáles son sus aspiraciones en la moda?
–En este mundo es un error ponerse metas porque las cosas te pueden salir muy bien o muy mal. Si te salen mal, tienes que gestionar la decepción. La clave es ir sumando buenos trabajos.
–¿Y sus referentes?
–David Gandy; en España están Jon Kortajarena y Oriol Elcacho, que son impresionantes, y, por supuesto, el gran Velencoso, que es el dios de la seducción. Sin duda, es un hombre que nació con ese don.
–¿Dejaría el cuerpo de bomberos para dedicarse a la moda a tiempo completo?
–Me lo han propuesto dos veces seriamente y una de ellas fue muy tentadora, pero suponía un cambio total de vida. Pero al final, a mí me llena mucho mi profesión, convivir 24 horas con mis compañeros... La moda y la publicidad son un poco solitarias y además, en este sector puedes tener muchos trabajos hoy y mañana nada. En el deporte me gusta arriesgar, pero en otros aspectos de mi vida no me la juego tanto.
–¿Cuáles son las partes positivas y negativas de sus profesiones?
–Lo mejor de ser bombero es la satisfacción que sientes cuando ayudas a la gente. Llegar a un servicio en el que te encuentras situaciones duras y ver la importancia de la comunicación visual con las personas. Eso no tiene nombre. Lo peor, la muerte de algún compañero. En la moda, me quedo con la cantidad de gente interesante que estoy conociendo y eliminaría el tener que viajar tanto.
–¿Sería capaz de apagar las llamas que prenden ahora en la política nacional?
–Creo que en ese caso saldría corriendo. No me atrevería a apagarlo, me da miedo. Vivimos tiempos de mucha confusión. Además, en mi tierra, Cataluña, la situación es aún más compleja; creo que hay falta de entendimiento y cruces de mensajes interesados.
✕
Accede a tu cuenta para comentar