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El bebé de María Zurita permanece en la incubadora
La prima del Rey fue madre por primera vez este sábado por la noche. El nacimiento estaba previsto para dentro de mes y medio, pero tanto ella como el niño se encuentran bien.
La prima del Rey fue madre por primera vez este sábado por la noche. El nacimiento estaba previsto para dentro de mes y medio, pero tanto ella como el niño se encuentran bien.
Cuando apenas llevaba cinco semanas de embarazo, el 8 de noviembre, saltaba la noticia de que la prima hermana del Rey, María Zurita, estaba en estado. Y la sorpresa era doble porque no se le conocía pareja, aunque enseguida se confirmó por boca de la protagonista: «Sí, estoy embarazada de cinco semanas y ha sido por fecundación in vitro», afirmó. Después llegaron más detalles, pero pocos: «No quiero hacer declaraciones porque no hay mucho más que decir», zanjó entonces Zurita. Así ha sido su embarazo, sin entrevistas a la prensa pero sí seguido puntualmente por las redes sociales, donde la hija de la infanta Margarita ha ido contando cómo se encontraba, las ecografías, el sexo del bebé y hasta los regalos de ropa y utensilios que iban llegando a su casa. Al parecer, Zurita llevaba tiempo intentado quedarse embarazada y uno de los síntomas más claros para conseguir el objetivo de ser madre fue su cambio de costumbres: suprimió el alcohol, bajó su ritmo de eventos sociales y dejó de fumar. Los deseos de la prima hermana de Felipe VI eran enormes para que una gran fumadora de rubio americano, como ella, lo dejase radicalmente. Había pasado la barrera de los cuarenta años y no podía esperar más. Don Juan Carlos estaba al corriente desde el minuto cero, ya que ha costeado parte del proceso de fertilidad al que se ha sometido su sobrina. La infanta Margarita, que sigue en silla de ruedas aunque por su casa intente dar algún paso por su propio pie, está muy ilusionada con la llegada de su primer nieto. Llevaba tanto tiempo esperando que sus hijos la hicieran abuela que ahora no sabe si alegrarse porque al fin tendrá en sus brazos a su nieto o entristecerse porque le llega «muy mayor, tenía que haberlo tenido antes, pero estamos muy contentos», afirmaba hace un mes, después de almorzar en el restaurante El Jardín del hotel Orfila, en Madrid, cuando me lo comentaba durante la sobremesa.
Un kilo por mes
María no ha dejado de hacer su vida normal, ha seguido al frente de su empresa de traducciones, que hace dos meses celebraba su dieciséis aniversario, y paseaba varias veces al día con su perro teckel Zeta por el barrio de Salamanca de Madrid, donde vive en la casa de sus padres, los duques de Soria. Por cierto, Zurita le ha estado dejando al can que se tumbase en la ropita del bebé para que fuese oliendo las pertenencias del nuevo miembro de la familia. María, que no ha tenido antojos ni problemas durante el embarazo, nada más que las molestias iniciales, comenzó a engordar controladamente, apenas un kilo por mes: «La verdad es que me encuentro francamente bien, supongo que a partir de ahora será más pesado (literalmente), aunque no he engordado mucho», aseguraba días antes de que naciera su hijo.
Hasta pocas semanas antes de llegar al mundo un bebé que tiene muchas papeletas de llamarse Carlos, como el duque de Soria, Juan, como el Conde de Barcelona y como el Rey Emérito o hasta Alfonso, como el hermano mayor de María, la madre primeriza no quería conocer el sexo de la criatura, que finalmente es niño: «Ni sé el sexo, ni lo quiero saber. Solo me preocupa que venga bien», comentaba. Como así ha sido: ha llegado bien, pero antes de tiempo, de ahí que tenga que estar en la incubadora para coger peso (nació con poco menos de dos kilos).
Sin salir de Madrid
Al mediodía del sábado, Zurita ignoraba que su bebé estaba a punto de llegar al mundo porque mantenía con nosotros una conversación a propósito de los padrinos que podría tener su pequeño: «Estoy en Madrid, en casa, porque ya no me dejan viajar», comentó esa mañana. Ella era consciente de que su embarazo entrañaba unos riesgos y de ahí que se pasara la tarde jugando a las cartas con unas amigas, exactamente al Continental, y al notar más molestias que las habituales se fuera directa al hospital, donde daba a luz mes y medio antes de salir de cuentas y con casi todos los familiares y amigos fuera de Madrid por el puente. Así que uno de los primeros en llegar a visitarlos a ambos fue el abuelo, Carlos Zurita, un hombre discreto que si ya estaba encaprichado con Zeta, con su primer nieto sentirá pasión.
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