Londres
«¡Niñas, vámonos a la playa!»
Isabel Pantoja, reina de su módulo. La tonadillera se reúne con las presas ante un mural veraniego, ríe, bromea y se ha puesto a dieta
Isabel Pantoja está más contenta de lo que se esperaba. Aunque parezca mentira, su adaptación a la prisión de Alcalá de Guadaíra es total. La tonadillera ha pasado de ser la reina de la copla a convertirse en la reina de la cárcel. El motivo no es otro que su actitud con sus compañeras de módulo. Tras las dos primeras semanas de abatimiento, poco a poco ha crecido una Pantoja renovada, fuerte y, sobre todo, alegre. La cantante se ha convertido en el principal apoyo de sus acompañantes de encierro. No duda en acercarse para prestar su hombro cuando alguna interna está agobiada o deprimida, y les da consejos, las anima y sobre todo las hace reír.
Casi todas las internas del módulo A, donde se encuentra la tonadillera, trabajan en distintos puestos dentro de prisión, mientras que ella, que todavía no ha iniciado ninguna actividad laboral remunerada, sale al patio si hace bueno y se sienta junto a una pared donde hay un grafiti con una playa paradisiaca para tomar el sol. Otros días, en la misma pared «veraniega», se entretiene pintando algunas de sus manualidades del taller de cerámica.
Está muy morena, tiene muy buen aspecto y está delgada porque sólo se alimenta de «lechuga», comida sana y obvia los dulces: no quiere engordar. De hecho, dentro de su módulo hay una interna que trabaja en cocina y de vez en cuando le lleva algún dulce o alimento que ha sobrado ese día en el comedor, pero Isabel no prueba bocado para mantener su figura. Cuando sus compañeras terminan su jornada laboral, Isabel las llama y, con mucha guasa, les dice «Niñas, vámonos a la playa». Y se van a su pared favorita. Ellas la quieren y respetan mucho.
«Estoy yo para novio»
Los días más fríos, cuando salen al patio, Isabel les propone jugar a juegos infantiles como el pilla pilla, o a saltar y hacer pequeñas carreras para entrar en calor. Dicen que no para de bromear y que se ríen muchísimo gracias a ella. No tiene nada que ver la Isabel de la cárcel, que está serena, relajada y feliz, con la Isabel seria y tensa de los días anteriores a su ingreso en prisión. A carcajada limpia recibió la cantante la noticia de su supuesto romance con un funcionario de prisiones. «Para novio estoy yo en mis circunstancias», dijo. Pocas oportunidades tiene Isabel Pantoja para intimar con algún trabajador del centro penitenciario; sobre todo, porque hace meses hubo un caso de una relación entre un funcionario y una interna dentro de la prisión que levantó todas las alarmas y provocó que se aumentaran las medidas de seguridad. De hecho, dicho funcionario está suspendido de empleo y sueldo. Ahora dicen que Isabel Pantoja mantiene una relación sentimental con uno de los educadores de la prisión de Alcalá de Guadaíra. «No es cierto», aseguran amigos de la cantante. «Los trabajadores apenas entran en los módulos, y si lo hacen levemente permanecen un minuto en las dependencias, a no ser que haya algún problema».
Las mismas fuentes aseguran que es mentira que Pantoja sufriera una crisis de ansiedad: «Es rotundamente falso que haya estado en enfermería». El pasado miércoles surgió el rumor de que tras el vis a vis de la tonadillera con sus dos hijos, su hermano Agustín y su sobrina Anabel, había ingresado en la enfermería tras sufrir una crisis de ansiedad. El motivo de dicha angustia sería la comunicación por parte de Kiko Rivera de su inmediata entrada en la casa de «Gran Hermano VIP». Sin embargo, no discutieron: Pantoja ve con muy buenos ojos que su hijo participe en un concurso televisivo. Ya lo apoyó públicamente cuando se fue a «Supervivientes».
Durante esta semana, Kiko ha podido disfrutar de su pequeño Francisco. Se lo dejó Jessica Bueno, madre del niño, para que se despidiera de él. Y es que el pasado jueves el hijo de Pantoja escribía en su cuenta personal de Twitter: «¡Ya me quitan el móvil! ¡Hasta dentro de tres meses!». Kiko va a por todas y quiere proclamarse ganador del concurso.
Pero ésta no fue la única sorpresa que recibió Isabel el día del vis a vis. «Su pequeña del alma» le preguntó en la sala blanca de los encuentros familiares del centro penitenciario de Alcalá de Guadaíra que qué le parecía si se marchaba a Londres con su hijo y Dulce, la niñera, para realizar un curso. Su madre le concedió el permiso y le dijo que tenía que seguir con su vida y que le parecía muy buena idea, pero siempre y cuando aprovechara el tiempo. La tonadillera también cree conveniente que Dulce acompañe a su hija en su próxima aventura en la capital londinense. Su nieto Alberto, al que adora, estará muy bien cuidado por la fiel «babysitter».
Preocupada por Kiko
Su ingreso en prisión ya la ha aislado suficiente, pero a su encierro hay que sumarle ahora la «espantá» de sus hijos, con Kiko encerrado en la casa de Gran Hermano VIP y Chabelita emigrada a tierras londinenses. Ha estado preocupada por cómo recibirían a Kiko en Guadalix, aunque ya respira tranquila al ver lo bien que se ha integrado. Ahora le preocupan más las mentiras que se cuentan sobre ella y «que nadie contraste nada».
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