La «maría» de Malia Obama

Después del video de la hija mayor del presidente de Estados Unidos bailando muy sexy sobre un escenario, ahora aparece otro en el que se ve fumando un misterioso cigarro.. ¿de marihuana?.

Este verano nos está descubriendo una nueva Malia Obama. La hija mayor del presidente de Estados Unidos, siempre discreta en sus apariciones oficiales, disfruta al máximo de las vacaciones dejando imágenes que no son más que una prueba de que se divierte como cualquier chica de su edad. Si hace unos días la veíamos haciendo «twerking», ahora es un vídeo fumando marihuana el objeto de la polémica.

Los hechos ocurrieron durante un concierto de Bryson Tiller en el festival Lollapalooza en Chicago (Illinois) el pasado 31 de agosto, cuando un joven ofreció a Malia un cigarro, aparentemente un porro. La web «Radaronline» publicaba el vídeo, junto al testimonio de Jerrdin Selwyn, de 18 años, que confirmaba que ella estaba «a unos pasos» de Malia y podía «oler el humo de marihuana». Pese a que Obama había advertido a sus hijas de que fumar drogas «es una pérdida de tiempo y no es muy saludable», su primogénita parece haber decidido probar por sí misma la experiencia. En una entrevista a «The New Yorker», Barack reconoció que había fumado «maría» siendo un niño, «cuando era estudiante en Hawái y Los Ángeles. Un vicio no muy distinto de los cigarrillos que fumaba». Una mala costumbre, «aunque no más peligrosa que el alcohol», añadía el presidente.

CABEZA DE TURCO

Los usuarios de Twitter no han tardado en debatir acerca de la conducta de Malia. Mientras algunos la señalan por no tener el comportamiento que se espera de ella, otros ven en ella a una chica normal de 18 años que hace lo mismo que el resto de las de su edad para divertirse. Además de crearse un movimiento de apoyo a Malia llamado «Let Malia Obama live» («Dejad vivir a Malia Obama»), los internautas han criticado que se la utilice como cabeza de turco en un debate nacional.

El consumo de marihuana es ilegal a nivel federal, si bien su uso médico está permitido en buena parte de Estados Unidos. Concretamente el de Illiniois fue el vigésimo primero en despenalizar la posesión de pequeñas cantidades de cannabis, aunque sigue siendo delito si supera los diez gramos.