Operación Triunfo

Ana Guerra: «Nunca cantaré una canción machista»

Foto: Jesús G. Feria
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Hagan la prueba y tarareen: «Hola, mira qué bien me va sola; nadie a mí me controla; y aunque me lo pidas ya no te doy ni la hora»... No dejarán de tararear. Es el pegadizo estribillo del primer single de Ana Guerra, la joven tinerfeña que encuentra la paz en el mar, que sube a Instagram fotos en bikini porque le da la gana –tal y como declaró recientemente en una polémica entrevista en televisión– y que nunca deja de soñar. Ella es canaria, pero tras su paso por el concurso «Operación Triunfo» ha optado por un ritmo latino con toques urbanos que ha preparado de la mano del incombustible Juan Magán (otro español en el electrolatino, es de Barcelona). La artista destaca el mensaje feminista de una canción fresca que ha añadido unos cuantos grados centígrados a este caluroso verano y con la que pretende dar mucha guerra, como su propio apellido indica.

¿Tiene hora?

Sí, las 20:08 horas (risas).

Las 19:08 horas en Canarias (risas). Pero, ¿por qué ese título?

Al principio dudamos entre «Hola» y «Ni la hora», que terminamos eligiendo porque resume lo que le puede pasar a alguien que de casualidad descubre en el teléfono de su pareja una infidelidad y decide terminar por no darle ni la hora. No creo en las segundas oportunidades.

¿Le va muy bien sola?

Estoy muy contenta, aunque echo de menos a mi Aiti en las promociones, porque es muy espontánea y hacía cada entrevista distinta.

¿Nadie la controla?

Nadie. No pueden ni intentarlo.

Una canaria que opta por el electrolatino...

Me sentí muy cómoda cuando me presentaron la canción, aunque no descarto que en mi próximo disco haya un bolero. Pero al llegar a Universal Music definimos qué clase de artista quería ser.

Cuéntemelo, anda.

Soy muy versátil, lo demostré en el programa, y me siento a gusto en muchos ámbitos. Quiero ser una artista que se suba al escenario defendiendo al 200% lo que hace.

Pues hay quien tacha el electrolatino de machista...

Me parece un buen momento para cambiar esa idea. Y es que este estilo no tiene que ir de la mano de letras machistas que denigren a la mujer. Yo nunca cantaría una canción con esos mensajes. Aunque en realidad mi single no está etiquetado como electrolatino, sino como pop latino con un toque urbano.

¿Pero a qué ritmo vive?

A un ritmo vertiginoso, y me flipa vivir así. Soy una adicta al estrés. Me gusta trabajar bajo presión y a contrarreloj. De hecho, es cuando más rindo.

Y si su vida fuera un estilo de música...

... Sería el hardcore (risas).

Es usted una chica guerrera.

Desde luego. Normalmente consigo todo lo que me propongo. Y si no lo logro es porque no lo he intentado de la forma adecuada. Soy muy cabezota para lo bueno y para lo malo.

¿Nunca se fijaría en un chico malo?

Jamás. Me gustan los hombres sensibles, no los canallas.

¿Quién era Ana Guerra antes de «OT»?

La misma que ahora, pero menos definida. Entrar en la academia me ha servido para reforzar todo aquello que quería ser. Ahora soy mucho más alegre, exigente y guerrera. Y sé quién soy porque he estado sola 3 meses y medio, y porque a veces necesitamos estar solos para conocernos, llevarnos bien con nosotros mismos y ser mejores personas.

¿Ha sido su vida un «Operación Triunfo»?

Sí, todo esto estaba hecho para mí. No me iba a presentar al casting, llevo en la música desde los siete años, he estudiado, he compuesto, he bailado...

¿En qué ha triunfado?

Me levanto cada mañana y soy feliz, porque me dedico a lo que me gusta. Estoy en una etapa muy bonita de mi vida. Ojalá dure mucho.

¿Y fracasado?

No creo en el fracaso, sino en haberlo intentado de la manera incorrecta. En la academia aprendí que querer es poder, que los techos nos los ponemos nosotros y que si no creemos en nosotros mismos no vamos a llegar a donde queramos. Yo empecé no creyendo en mí y acabé siendo la que más creía en sí misma.

Pues «OT» tiene detractores que dicen que los concursantes son artistas de éxito pasajero...

La mayoría de las personas que han pasado por «OT» se dedican a la música. No triunfar en la música no significa no salir en la tele.

¿Usted siente que ha nacido con estrella?

Sí. Llámalo estrella, duende... Siento que he nacido para la música y por eso es lo que hago desde que tengo uso de razón. Siento que es mi camino.

¿Y no teme estrellarse?

No. Dentro de diez años me seguiré dedicando a la música, cantando en la calle como hacía antes o a otro nivel, pero me dedicaré a la música.

¿A qué sabe la fama?

No me considero famosa, te lo juro por mi vida. Soy tan normal... Cuando me paran por la calle para pedirme una foto es como si me la pidieran mis amigos. No lo veo como que yo soy la artista y ellos los fans. Pero el éxito sabe a felicidad.

Hay quienes se empachan...

A mí no creo que me pase. Sé lo que es cantar en la calle muriéndome de frío por tres euros y estar con mis compañeros en el Bernabéu delante de 60.000 personas. Siempre recordaré la otra cara de la moneda.

¿Qué es «Lo Malo» de esta locura?

Dormir poco, que si me dejaran me levantaría a las tres de la tarde todos los días. Pero como soy una persona tan exigente y creativa me meto en la cama y sigo creando. De dormir seis o siete horas he pasado a dormir cuatro.

¿Y sueña?

Dicen que siempre se sueña, aunque últimamente no me estoy acordando, así que supongo que estaré durmiendo bien.

O que está viviendo en ese sueño...

Total (risas).

¿Cuál es «El Remedio»?

Rodearse de gente que sepa ponerte los pies en la tierra, donde los mantengo gracias a mi entorno. Me rodeo de los mismos desde hace muchos años. Ellos saben quién soy, cómo hablarme... Son los que me halagan y también donde voy a buscar las críticas.

¿Y dónde tiene la cabeza?

Soy acuario y a veces vivo en un mundo paralelo, pero me mantengo en la realidad. Mi papá me enseñó lo que cuestan las cosas en la vida.

¿Cómo cree que le ve la gente?

No sé... Me dicen «ídola», y eso no me gusta. Me conformo con hacer sentir y con sacar sonrisas.

¿Cuánto le gustan los «likes»?

Me dan igual. Hay gente que con muchos menos «likes» llenan las salas de conciertos.

¿Qué canción le gustaría ser?

(Piensa) «Lo saben mis zapatos».

¿Y quién querría que la cantara?

Pablo López.

Para terminar, Ana, confiéseme lo más bonito que le han dicho desde que salió de la Academia.

«Gracias por brillar sin apagar la luz de los demás». Siempre hay que intentar que la gente brille, porque la luz crea luz.

¿Qué lleva en la maleta?

Olerlo, respirarlo... A Ana Guerra el mar le da la vida, aunque cuando viaja a su Tenerife natal también va mucho a la montaña. Y, precisamente, el videoclip de este single empieza con la imagen de su maleta, en la que «nunca faltan un rizador de pestañas y ropa interior». Asimismo, admite que en su equipaje de vacaciones jamás lleva tacones