Ciencia y Tecnología

Asistente sobre ruedas

Maletas que te dicen qué ponerte, que se convierten en baterías y que se abren con la huella dactilar, así son los equipajes inteligentes que ya no sólo guardan ropa

Una app permite controlar la ubicación de la maleta
Una app permite controlar la ubicación de la maletalarazon

Maletas que te dicen qué ponerte, que se convierten en baterías y que se abren con la huella dactilar, así son los equipajes inteligentes que ya no sólo guardan ropa

A simple vista parece una maleta normal. Está hecha de un material rígido, tiene cuatro ruedas, sin un eje visible y su asa extraíble. Pero un examen minucioso comienza a revelar detalles hasta ese momento ignorados. Por ejemplo, el lugar que deja libre el asa, resulta ser un cargador con tres puertos USB. Y el material que recubre toda la estructura está hecho de PowerFelt, un tipo de tela hecha con nanotecnología que convierte el frío o el calor en energía eléctrica. De este modo, las maletas en la bodega del avión, a diez grados bajo cero, se convierten en baterías y lo mismo sucede cuando se las deja al sol. Obviamente, la idea de PowerFelt no fue concebida para el equipaje, pero si guardaba relación con el paradigma de la rueda y la maleta. La primera tiene más de 6.000 años de antiguedad, la segunda existe, al menos, desde el siglo XVII, aunque no fue hasta hace 50 años cuando alguien tuvo la idea de unirlas. La innovación, que es en realidad unir dos tecnologías que ya existen, surgió por una necesidad: los aeropuertos eran cada más grandes y los viajes más frecuentes. Muchas tecnologías del presente, en 2025, son en realidad la unión de dos o más ingenios que ya existían hace tiempo. Sólo que alguien tuvo la idea de darles un nuevo uso o un compañero de viaje distinto. Así, la maleta pasó de un simple cajón de ropa con ruedas, a un compañero de viaje casi imprescindible.

Todavía sin siquiera abrirla, otro detalle atrae la atención: no hay cierres. Toda la estructura se pliega sobre sí misma por medio de imanes y un candado especial que responde a las huellas dactilares o a una orden dada por la aplicación del smartphone del propietario. La misma app permite controlar cuándo la maleta está en bodega y es capaz de enviar mensajes para ser localizada en caso de pérdida... aun antes de que se cometa el error de enviarla a un destino diferente. Mediante un lector de código de barras, la maleta guarda su destino y si éste no coincide con las que están a su alrededor en la bodega, inmediatamente envía una alerta.

Uno de los primeros modelos, en 2016, fue la Bluesmart Carry-On. Hoy puede parecer una pieza de museo, pero en aquel momento tenía una tarjeta SIM 3G (puesta por Telefónica), GPS y bluetooth. Los nuevos modelos, como la iQ, son un centro con su propia señal wi-fi una balanza digital que permite saber el peso utilizando la app y que envía alertas si se aleja (por un amigo de lo ajenos) o si se acerca (en la cinta de entrega de equipajes).

La maleta es una «Pluggage», un juego de palabras que une Equipaje y Conectar («Lugagge» y «Plug», en inglés). En realidad se trata de un conserje personal: lee las etiquetas de la ropa y aconseja, de acuerdo al tiempo en destino, el vestuario que debe elegirse. Alerta del estado del vuelo y la puerta de embarque. Y, gracias a la unión entre Samsonite y Samsung, es capaz de seguir a su propietario, a unos 10 centímetros de distancia, sin necesidad de que este la arrastre y también se envía sola. La tecnología lo ha conseguido casi todo... sólo falta que la ropa llegue planchada.

- Fuente: Samsonite y Samsung se han unido para crear una maleta que haga exactamente lo que se describe al final. Los modelos mencionados también existen o se lanzarán a la venta en breve. PowerFelt también es una realidad, aunque no, por ahora, su uso en maletas.