Las flores coronan a las nuevas divas

Con sus portadas en «Vogue», Beyoncé y Rihanna ponen de moda un complemento que consagra el empoderamiento femenino.

Beyoncé y Rihanna protagonizan la portada del número de septiembre de «Vogue»: la primera lo hace en la edición estadounidense y la segunda, en la británica. Pero no es noticia ni que la cantante de «Halo» se sincere para la publicación sobre su obsesión por perder peso tras su último embarazo ni que la intérprete de «Umbrella» sea la primera mujer negra en posar para la revista, sino las suntuosas coronas de flores que lucen para sendos retratos. Se trata de un complemento en auge no solo entre las «influencers», sino cada vez más demandado por las «celebrities» para sus posados y ocasiones especiales. Desde Katy Perry a Blanca Suárez, todas la llevan e incluso se ha convertido en uno de los filtros de Instagram más usados por ellas. «Varias clientas ya me han venido con las fotos para que les haga algo parecido», afirma a LA RAZÓN Mercedes Espada, fundadora de la marca de coronas y tocados Sister's. «Ha habido una gran evolución con este complemento, se ha pasado de un concepto minimalista a otro donde reina lo maxi y la combinación de la flor natural con piezas metalizadas y porcelana, para dar un efecto bucólico», añade la creadora, que puede emplear hasta 20 días en la elaboración manual de una corona. «No hay edad, es un complemento demandado por novias, adolescentes y hasta niñas para el día a día». Coincide con ella Rocío Sorio, diseñadora de la firma de tocados Mimoki: «La corona es lo que más solicitan, por su carácter fresco y su fácil combinación con cualquier prenda. Se puede llevar para un paseo por la playa, conjuntarlo con unas zapatillas y un vestido e incluso para ir arreglada para una ocasión especial».

Belleza y fertilidad

Ambas también aluden a la simbología femenina del complemento, algo que conecta con el uso que se le ha dado a lo largo de la Historia: «Los romanos usaban las hojas y las flores para dar estatus y conectar con Venus, diosa de la belleza y la fertilidad; de ahí derivó más tarde en la costumbre de que las coronas se elaborasen con motivos florales y así no tardó en usarse por las mujeres como símbolo de pureza y empoderamiento», explica a este diario el historiador Álvaro Severiano. «Ya a finales del siglo XIX, cuando volvieron a celebrarse los Juegos Olímpicos, se rescataron los motivos ornamentales griegos y, de este modo, las flores se convirtieron en símbolos heráldicos de la realeza, donde se puso de moda diseñar coronas y tiaras de diamantes pero simulando flores u hojas de laurel», añade. Luego, tuvieron otra época de esplendor durante el movimiento «hippy» de los 60. Antes, ya se las habíamos visto lucir a Mary Todd Lincoln, esposa del presidente estadounidense, y a Frida Kahlo. Y de ahí a «celebrities» actuales, como Lana del Rey. Ahora Rihanna y Beyoncé las rescatan, y en las redes sociales ya deciden cuál de las dos se corona.