«Motosharing», la ciudad sobre dos ruedas eléctricas

Este modo de compartir motocicleta se está generalizando en españa.

Las condiciones previas son superables por buena parte de la población urbana. Basta con disponer de un carné de conducir válido y un «teléfono inteligente» con capacidad para instalar una app y, tras unos sencillos trámites, la ciudad se recorre de otra manera: sobre dos ruedas y con la electricidad como combustible. Es la opción que ofrecen los servicios de «motosharing» en algunas ciudades de España. Y lo de «algunas» hay que escribirlo pensando a lo grande, porque el número de empresas crece como la espuma, la cifra de vehículos también y, aunque por el momento los núcleos más importantes se llevan la palma, todo indica que el salto generalizado a ciudades más pequeñas es cuestión de tiempo. Además de en Madrid y Barcelona, en Valencia, Granada, Córdoba o incluso El Puerto de Santa María, entre otros puntos, ya se pueden usar, pero la competencia es escasa. La idea es más que sencilla. El usuario se descarga la app de la compañía en cuestión, se registra y aporta una fotografía de su licencia

de conducir.

Una vez validado el carnet y finalizado el registro, accede al mapa y elige el vehículo más cercano o el que más le interese, que por lo general podrá reservar 15 minutos para llegar a él. Una vez junto a la moto, se inicia el viaje con los cascos que se proporcionan. Al llegar al destino y tras aparcar en una zona no restringida para el estacionamiento se pulsa sobre «Finalizar viaje».

Existen algunas cuestiones que hay que tener en cuenta a la hora de utilizar estos ciclomotores. La primera, el usuario habitual suele contar con varias app de otras tantas compañías para ampliar sus posibilidades de éxito. De hecho, hay aplicaciones externas que permiten aunar todas las altas en diferentes opciones de «motosharing» para elegir sobre un mapa bien surtido. Importante, la autonomía. A la hora de seleccionar moto se avisa los kilómetros que puede recorrer con la batería restante. Hay que asegurarse previamente de que es suficiente para el itinerario previsto. Y fundamentales o restrictivas son las zonas de uso. No todos los servicios llegan a todas las áreas. Por lo general, se pueden aparcar las motocicletas en el centro de las urbes. Los barrios periféricos suelen ser los grandes olvidados también en esta posibilidad de transporte. Aunque en Madrid, por ejemplo, ciertas empresas sí salen de la M-30.

La elección de vehículo según su tipo también ha de ser cuidadosa. Mientras unas compañías ofrecen motos homologables a 125 cc., otras han optado por poner en circulación ciclomotores asimilables a 50 cc. Para conducir las primeras es necesario disponer de carnet B y tres años de experiencia, o el de motocicleta para esa cilindrada. Las segundas tienen menos potencia y no pueden pisar ciertos tipos de vías, pero para montarlas solo hace falta el permiso AM.

Y un truco final económico. Casi todas las compañías ofrecen minutos gratis al darse de alta o a la hora de recomendar usuarios. También bonos de minutos que abaratan los precios, de 0,20 a 0,24 euros por minuto. Con un poco de atención, los trayectos resultarán realmente baratos.

El águila pescadora Amalia recorre 1.000 km en cuatro días

Amalia, un ejemplar de águila pescadora, ha viajado más de 1.000 km en cuatro días en un viaje que inició en Alcúdia, Mallorca, y terminó en Ría Formosa, un humedal portugués en el que hiberna habitualmente.

El ave, que inició su periplo el pasado 18 de agosto, hizo una parada de dos días en Ibiza y realizó los últimos 500 km de su recorrido en línea recta. Todos estos datos se conocen gracias al emisor de seguimiento por satélite colocado por el grupo ecologista GOB (Grup Balear d’Ornitologia I Defensa de la Naturalesa), que también ha precisado que Amalia ha adelantado su viaje dos semanas con respecto al trayecto realizado en 2017. Durante los últimos años, esta especie ha visto cómo crece su número de ejemplares en las Islas Baleares, animales que no siempre eligen abandonar el archipiélago para hibernar en zonas más cálidas.

El rover «Opportunity» podría volver a la vida en Marte

El vehículo «Opportunity», un rover que la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) puso sobre la superficie de Marte hace ya 15 años, lleva desde el pasado 20 de junio sin dar señales de vida. Con todo, los científicos responsables de este robot viajero son optimistas. Su aparato se ha quedado sin energía por las tormentas de polvo que han dominado el planeta en las últimas semanas, ya que la obtiene directamente de la luz solar. Las mediciones señalan que la capa de polvo que queda en suspensión pronto será tan débil que permitirá el paso de la luz y reactivar las funciones del «Opportunity». El indicador que mide la opacidad provocada por las tormentas de polvo se denomina «tau». El último comunicado por el rover antes de paralizarse fue del 10,8, mientras que la media en el planeta rojo es del 0,5.