Gastronomía

Valduero: entre el arte y la tierra

Valduero: entre el arte y la tierra
Valduero: entre el arte y la tierralarazon

Romántica de mí, desde La Cata de Katy hablo de los vinos (y todo lo que ello inunde) desde las emociones, el amor y el desamor, la pasión y la ilusión, la magia y el misterio, la tristeza y la apatía. Porque, los vinos, atacan directamente al alma. Quizás porque nuestro espíritu ya viene con una carga emocional concreta, y el vino que maride con ello, terminará siendo condicionado por el estado anímico. Ocurre como con las fragancias o la música: pasado un tiempo, cuando rescatamos ese frasco de antaño, automáticamente nos viene la mente (y, a veces, al cuerpo) esa emoción. Aquel frasquito azul de Ralph Lauren (de mis 12, 13 y 14 primaveras) me recuerdan a mi adolescencia y aquellas sesiones de tarde en But y Pacha, así como mis primeros amores. La manzana de Donna Karan la asocio a los 17 y aquel concursos de misses de Marbella al que me presenté. El frasco morado de YSL (que se comercializa muy poco) la asocio a mi etapa inicial en las clases de salsa; y podría seguir. Cada etapa, con sus debidos recuerdos y sus correspondientes sentimientos.

En este caso concreto de estas bodegas de la Ribera del Duero (situadas en el “pico más alto”) que “abarca” esta D.O., diferenciaré la parte objetiva (la que se basa en la calidad y los aspectos técnicos, a veces más aburridos para el populus) de la subjetiva. VALDUERO podría estar, así, entre el arte y la tierra, y enamorar a cualquiera.

La pasada luna llena de junio (ya una tradición en Valduero), y casi de manera improvisada, acepté una cena, maridada con vino de las Bodegas, bajo las estrellas, y rodeada de 20 sommeliers de los restaurantes más importantes de Madrid y Barcelona.

Veréis: no os voy a hablar de una bodega que lleva “cumpliendo sueños desde ‘el siglo pasado’”, ni tampoco contaré del tradicional discurso marketiniano de terceras, cuartas y quintas generaciones pisando uva. No. Es más sencillo, natural pero no menos mágico. Son dos hermanas (Carolina y Yolanda García-Viadero) que, sin complejo y con entusiasmo, aun proviniendo de una familia con un alto poder adquisitivo, un día decidieron pedirle ayuda a su padre para montar unas bodegas de vino. No obtuvieron el resultado deseado, y se vieron obligadas a pedir un crédito en un banco. Yolanda, ingeniera, y centrada en la parte de enología (la artista), junto a la mente empresarial y de estratega de Carolina, crearon a mediados de los 80 la que (entonces) era de las pocas bodegas que había en la Ribera del Duero. Así nació Valduer. De aquel sueño de dos hermanas hoy hablamos de una realidad cubierta de éxito (y mucha calidad): nada menos que los segundos propietarios de tierras en la Ribera del Duero, un vino que se consume en 45 países de todo el mundo, un club internacional privado, con embajadores de fama mundial, llamado 'La Tenada By Valduero' (al que pertenecen Plácido Domingo, Mario Vargas Llosa, Martín Berasategui, y una lista infinita); un concurso para jóvenes artistas, y unos vinos cien por cien ecológicos (cuya elaboración es ´íntegramente manual y queda libre de sulfatos y químicos).

Como dice Carolina, “cada vez que abráis una botella de Valduero será un viaje sin avión”. En Valduero (abarcando la parte más objetiva y técnica) ni usan fertilizantes ni tampoco riegan. Hablamos de vinos, como decía, ecológicos, cuya calidad roza la excelencia. Por lo que hablaríamos de crianzas largas con acidez alta. “El tiempo es lo único que no podemos comprar”, añade. Sobre los vinos viejos, explica que “son un milagro de la calidad y de su origen. Creo que somos unos privilegiados dándole el tiempo que la uva necesita”. La paciencia es fundamental en este negocio de los vinos, si lo que queremos es beber el pasado para proyectarlo en el presente. El futuro, siempre incierto en esto, pero el tiempo cobra como nunca en la enología un valor fundamental. Valduero está en medio entre el arte y la tierra, en palabras de Carolina (y frase que utilizo para titular este artículo). Cada botella es un joya: “en Valduero rendimos culto a la botella. La botella de alguna forma podría ser el director de orquesta”.

Más sobre Valduero...

La bodega fue fundada en 1984 por las hermanas Carolina y Yolanda García-Viadero y hoy es el segundo propietario de tierras en Ribera del Duero, con 180 Ha de viñedos verdaderamente excepcionales, altamente valorados y con una gran cantidad de cepas viejas. Cuentan con viñas exclusivamente sembradas en arbustos, ecológicas (sin riego, sin uso de productos químicos ni sulfatos) y manejadas 100% manualmente, solo con prácticas naturales de viticultura artesanal.

Valduero siempre ha estado centrada en la producción de RESERVAS PREMIUM, habiendo pasado todos sus vinos por barricas de alta calidad DE DIFERENTES ORÍGENES.

La evidencia de esto es que todos suss vinos han sido calificados entre 92 y 98 puntos por WS, Decanter, WA, Vinum, W&S y Wine Enthusiast.

Debo destacar que fue además la primera bodega en elaborar vinos blancos con uva autóctona ALBILLO en la región de Ribera del Duero, siendo la única bodega en la región que produce un vino blanco natural ALBILLO.

Desde sus inicios, se han centrado en la exportación y más de 100 distribuidores venden sus vinos en 45 países en la actualidad.

Valduero, en este particular lenguaje de las emociones de La Cata de Katy, es atrevimiento, estilo y raíces. Y marida con todo aquello que queráis aportarle al sabor del tiempo y la memoria

Listado de los vinos de Valduero:

-Valduero Crianza

-Valduero Una Cepa

-Valduero Reserva

-Valduero 6 Años

-Valduero Gran Reserva

-Valduero 12 Años

-Valduero Lantigua

-Garcia Viadero (Blanco Albillo)

-Finca Azaya

-Finca Azaya Premium.